La periodista en el sonajero para las elecciones presidenciales de 2026 revive el debate sobre el periodismo, la ética y la política
Ya está claro, decía la entonces brillante reportera y presentadora de notas políticas Vicky Dávila. Y está tan claro que Vicky quiere ser presidente como que el presidente Gustavo Petro se quiere reelegir, a como dé lugar. Cómo tan claro que María Fernanda Cabal quiere ser la candidata de la derecha unida antipetrista y que Abelardo de la Espriella quiere ser el que diga Uribe. Aunque en este caso es probable que termine por efecto y no por defecto porque en realidad Abelardito, como lo llaman en la costa caribe, lo que quiere ser es el Bukele colombiano, en una audaz apuesta por la dinámica pendular de la real politik y su más seguro bandazo a la derecha, ya sea como despecho por haberse equivocado con Petro o como miedo a la perpetuidad de la izquierda mamerta en el pode .
Lo que no está claro es que Vicky no lo diga de una vez y de frente y se salga de las trincheras del periodismo para debatirse en franca lid, a lo Corina Machado, contra el régimen que ella siente que sigue la ruta de Hugo Chavez y Nicolás Maduro en Venezuela. Y no está claro porque sí Vicky quiere jugar en el escenario político debe hacerlo desde la mayor transparencia y el mayor rigor ético posible.
Porque debe quedar claro que sí tiene, así sean recientes, aspiraciones presidenciales, debe decirlo ahora y sin tapujos como acostumbra a hacerlo en sus notas editoriales. A Vicky no le queda nada bien jugar al no pero si a la usanza de candidatos que les gusta hacerse de rogar, sobre todo si combate frontalmente el no pero si de Petro frente a la reelección, o a sus argucias equivalentes para cambiar el articulito.
Petro es una amenaza: “se vienen días difíciles, Petro quiere quedarse en el poder”.
No podemos ser indiferentes, no importa qué lugar ocupemos en la sociedad y qué oficio desempeñemos.
Se vienen días difíciles. Se vienen momentos turbios. Los que nos gobiernan no llegaron al… pic.twitter.com/dHEzXkzC84
— Vicky Dávila (@VickyDavilaH) June 30, 2024
Y no se entienda que es cuestión de méritos. Vicky tiene todos los atributos. Porque además ya está claro que para ser presidente no se necesita haberse formado para eso. O si no mírese por ejemplo el caso de Alfonso López Caballero, que se preparó como el que más y no le alcanzo para siquiera estar entre las opciones de los más preparados. Hoy curiosamente la política en el mundo es taquillera y mediática. Y en ese sentido tienen razón los que piensan en Vicky.
Ella sabe de rating, de mediciones y de impacto a la opinión pública. Y frente a la ciudadanía y en las tarimas se defiende bien, argumenta y debate fervientemente. Bueno, en definitiva ella es popular y sabe vender su imagen y eso cuenta. Pero lo que se le pide es que por el bien del periodismo, por su credibilidad y por tratar de ser precisamente lo contrario a lo que son, usan y hacen todos, pues debe dar total claridad a sus lectores y a sus seguidores políticos y algo más, tranquilidad a sus contendores.
No puede caer ella en el “así hacen todos” porque eso es justamente lo que se le enrostra hoy a Petro, que se eligió, que ha gobernado y que se quiere quedar como lo hacen todos los que él criticaba. No debe Vicky dejar ni un asomo de que para ella vale el “todo vale”. No puede caer en lo que se llamaría desde la misión periodística, informar en causa propia. No puede, como se dice vulgarmente, dar papaya para que sus contrincantes la muestren como aquella persona que utilizó el periodismo como trampolín político porque ese sería el peor escenario para Vicky, su credibilidad y su futuro.
Ahora, por el bien del periodismo y de la carrera periodística de Vicky lo mejor sería que dejara los santos quietos. La política es para tigres porque a lo que hay que enfrentarse es a una verdadera jauría. Y aunque Vicky es aguerrida y corajuda ese mundo es muy espeso o áspero, como dicen hoy los jóvenes.
Y no es que no pueda desafiarlo y salir airosa sino que a una periodista que le gusta la balada romántica, tocar el piano y cantar boleros, y que tiene su norte claro con su visión y misión periodística, no le va a quedar muy fácil meterse en la horma de los despiadados, inhumanos y narcisistas de todos los que se sienten animales políticos y aprenden a jugar con los sueños de la gente, a engañar a los electores y a traficar votos, literalmente. Quizás por ser mujer y por la sensibilidad que le agrega su vocación profesional Vicky sería una alternativa interesante como gobernante.
Eso de que son mejores administradoras y más justas y que tienen un sexto sentido puede agregar valor para una salida ponderada y eficiente en el ejercicio del gobierno. Pero terminar lidiando en el Congreso con esa clase política que ve este ejercicio como un negocio no será lo más agradable para una periodista que quisiera salir corriendo cada vez a denunciar públicamente a su interlocutor mal portado o portador de propuestas indecentes.
Lo cierto es que la suerte comienza a estar echada y Vicky ya se incrustó en el abanico presidencial. Y ella tiene amplias simpatías políticas precisamente por denunciar malas prácticas políticas y por no tenerle miedo a los poderosos de cualquier rincón. Por eso, lo que le corresponde es no caer en la tentación de recurrir a ninguna de esas malas prácticas porque eso sería arriesgarse a un resbalón con caída libre. Y más bien aprovechar que, modo mujer, tiene la oportunidad de introducir la transparencia en la campaña, que además puede terminar en una verdadera batalla campal entre mujeres, unas por la derecha y otras por la izquierda. Unas con la bendición del presidente Gustavo Petro y otras con la del expresidente Álvaro Uribe. Unas camaleónicas y otras férreas en sus extremas.
En todo caso ya está claro que será una lucha libre femenina como para alquilar balcón y está reclaro que Vicky debe hablar claro. Y cómo los electores colombianos son en general una especie silenciosa de “no como cuento” pero en las vísperas electorales terminan comiendo cuento según las emociones finales, pues nada está claro porque bien puede reventar la piñata por el lado del tigre que se requiere y en ese caso ya Uribe habría hecho el guiño por De la Espriella, o bien puede saltar de la caja de Pandora una figura de centro pero nada tibia que vienen empujando algunos sectores costeños en cabeza de Germán Bula Escobar porque según ellos la costa decide y las extremas fracasaron.
También le puede interesar: “A Petro sí le interesa su reelección y está trabajando en eso”: Eduardo Pizarro
-.
(function(d, s, id) {
var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0];
if (d.getElementById(id)) return;
js = d.createElement(s); js.id = id;
js.src = «//connect.facebook.net/en_GB/all.js#xfbml=1»;
fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs);
}(document, ‘script’, ‘facebook-jssdk’));
!function(f,b,e,v,n,t,s)
{if(f.fbq)return;n=f.fbq=function(){n.callMethod?
n.callMethod.apply(n,arguments):n.queue.push(arguments)};
if(!f._fbq)f._fbq=n;n.push=n;n.loaded=!0;n.version=’2.0′;
n.queue=[];t=b.createElement(e);t.async=!0;
t.src=v;s=b.getElementsByTagName(e)[0];
s.parentNode.insertBefore(t,s)}(window, document,’script’,
‘https://connect.facebook.net/en_US/fbevents.js’);
fbq(‘init’, ‘446647882874276’);
fbq(‘track’, ‘PageView’);