El conjunto La Hoja lo inauguró en obra gris junto a Santos en 2015, era para 500 familias sobrevivientes de la violencia y terminó siendo un nido de delincuencia
Con mucho interés el alcalde Gustavo Petro convocó en 2014 un concurso para encontrar un arquitecto al que le entregaría el diseño de un proyecto de Vivienda de Interés Prioritario (VIP) para víctimas del conflicto, el proyecto se conoce como la plaza de la hoja, que realizaría a través de Metrovivienda en cabeza de Nicolás Corzo, quien sigue pesando en la Presidencia de Gustavo Petro .
La idea que surgió en ese momento fue construir 457 soluciones de vivienda de interés prioritario (VIP), para víctimas del conflicto armado en Colombia, en un lugar muy importante de la ciudad como parte de la reconstrucción del centro ampliado de Bogotá en el lote denominado la Plaza de la Hoja, ubicado en la carrera 30 con calle 32 entre la avenida 19 y la calle 22 en pleno corazón de Bogotá.
Selección del arquitecto y la propuesta de González Pacheco
Pues bien, este concurso internacional se lo ganó el arquitecto Felipe González-Pacheco con cerca de 40 participantes, estaba diseñado para que sus habitantes tuvieran la posibilidad de acceder a diferentes servicios a través de obras que reactivaran el sector. González Pacheco propuso un proyecto integral de 457 apartamentos.
Las características de las viviendas comprendían áreas de 50 metros cuadrados con 2 cuartos, sala, comedor, cocina, baño y un área de ropa fraccionado en dos para permitir mayor libertad de uso y un área para ventas de los mismos residentes. Además, con un centro de desarrollo comunitario, un centro de emprendimiento, jardín infantil, un centro cultural, una nueva sede para el IDU, parqueaderos y una torre de oficinas para darle una mayor calidad de vivida a los nuevos residentes y pensando en la revitalización del centro ampliado de la ciudad.
Detalles de la construcción original y cambios en el proyecto y reducción de viviendas
Las viviendas construidas en torres de diferentes alturas, terrazas con vista a los cerros y a la ciudad, permitirían la entrada de luz a cada una de las viviendas y espacios comunes.
Las características de las viviendas comprendían áreas de 50 metros cuadrados con 2 cuartos, sala, comedor, cocina, baño y un área de ropa fraccionado en dos para permitir mayor libertad de uso y un área para ventas de los mismos residentes
Los problemas empiezan cuando, Metro vivienda en cabeza de Nicolás Corzo adelantó la construcción de la obra a través de las empresas APRO S.A y Construcciones 1A, quienes pasaron de 457 unidades inmobiliarias a construir 361 viviendas de interés prioritario (VIP) en 36.000 metros cuadrados, distribuidos en 12 torres. La construcción se realizó en un periodo de 12 meses y prácticamente no se tuvo en cuenta la propuesta del arquitecto Felipe González-Pacheco.
Entrega de viviendas en condiciones incompletas
El 23 de enero de 2015, el expresidente Juan Manuel Santos en compañía de Germán Vargas Lleras quien fungía como vicepresidente y el hoy presidente Gustavo Petro, entregaron las viviendas a los beneficiados por sorteo con este proyecto, pues eran las víctimas del conflicto armado, dentro del programa vivienda gratis del Gobierno Nacional, quien adquirió el proyecto que en su momento lideró German Vargas. Las viviendas se entregaron en obra gris y sin puertas.
Durante la entrega del proyecto, a los beneficiados el exalcalde y hoy presidente Gustavo Petro les dijo que el logro era una verdadera revolución porque cambiaba el paradigma de la ciudad, porque las familias necesitadas quedaban viviendo donde está la riqueza de la ciudad y podían superar la pobreza y se abrían las oportunidades para ellos.
Problemas de seguridad, abandono y deterioro
Lo cierto es que, este proyecto nunca se terminó y las viviendas solo cuentan con un espacio de 30 metros cuadrados, nada parecido a lo que se había diseñado. Muchas de esas soluciones de vivienda fueron abandonas y los habitantes de calle en varias oportunidades intentaron ingresar por la fuerza para habitarlas y el sector se convirtió en una zona no transitable por peatones porque hay delincuencia en sus alrededores e incluso dentro las edificaciones, donde también hay riñas porque no hay vigilancia privada como en cualquier edificación de propiedad horizontal. Aquí no existe ninguna norma que los cobije y se cometen delitos.
Pero la realidad en la que se encuentran los habitantes de Plaza de la Hoja es diferente. No solamente por el aspecto estético que tiene el conjunto, pues la mayoría de los habitantes y visitantes aseguran que es similar a una “cárcel”.
Esto trae consecuencias muy duras como condiciones difíciles que afectan la posibilidad de reconstruir una vida estable y segura, prolongando la revictimización de estas personas que ya enfrentaron experiencias traumáticas previas. La falta de intervención adecuada en estas situaciones es crucial para garantizar un entorno que promueva la salud mental y la integración social de las víctimas del conflicto armado. Pero todo indica que no se ha cumplido, cayendo en situaciones traumáticas.
Como si eso fuera poco, las edificaciones presentan fallas estructurales. Hoy muchos expertos en el tema coinciden y manifiestan que este es el edificio más feo y peligroso de Bogotá.
El predio de la Plaza de la Hoja fue adquirido por la antigua Empresa de Renovación Urbana de Bogotá en la primera administración del exalcalde Enrique Peñalosa para la construcción de un gran parqueadero para los buses del sistema de transporte masivo Transmilenio.
En efecto, se construyó un parqueadero subterráneo que actualmente es utilizado por dichos vehículos como punto estratégico de conexión para sus recorridos. En la administración del exalcalde Luis Eduardo Garzón, se pensó en la construcción de un complejo distrital que reuniera todas las secretarias y demás entidades que no tuvieran sede propia y una nueva sede para el Instituto de Desarrollo urbano IDU, es decir un nuevo centro administrativo distrital, pero la iniciativa no llegó a buen puerto, no se cumplieron los objetivos y la idea se quedó solo en el papel.
El proyecto Plaza de la Hoja en Bogotá, destinado a víctimas del conflicto armado, sufrió una notable degradación y falta de seguridad, pues las viviendas, entregadas incompletas y en obra gris, fueron abandonadas en muchos casos, convirtiéndose en zonas de alta delincuencia. El diseño original, que incluía espacios comunitarios y de esparcimiento, fue ignorado, limitando la obra a unidades habitacionales simples y afectando la revitalización prometida. A esto se suman fallas estructurales y falta de mantenimiento, resultado de una gestión incompleta y falta de continuidad en el proyecto.
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