El supertifón Man-yi, calificado como “potencialmente catastrófico” por las autoridades meteorológicas de Filipinas, tocó tierra este sábado, generando olas de hasta 14 metros y vientos sostenidos de 195 kilómetros por hora.
El impacto inicial ocurrió en Catanduanes, una isla de la región de Bicol, frente a Luzón, la principal y más poblada isla del archipiélago. Más de 650.000 personas fueron evacuadas como medida preventiva, mientras las autoridades advierten que la tormenta podría intensificarse aún más antes de alcanzar Luzón este domingo.
En la provincia de Albay, Myrna Perea, de 44 años, y su familia fueron evacuados de su hogar construido con láminas metálicas y trasladados a un refugio comunitario. “Aunque nuestra casa se destruya, lo importante es que todos estemos a salvo”, expresó Perea, quien ahora comparte un aula con otras nueve familias.
Man-yi es la sexta tormenta en golpear Filipinas en el último mes, un fenómeno inusual incluso para un país acostumbrado a enfrentar alrededor de 20 tifones al año. Las tormentas recientes han dejado un saldo devastador: al menos 163 muertos, miles de desplazados, cultivos arrasados y ganado perdido.
Científicos advierten que el cambio climático está exacerbando la intensidad de los tifones, generando lluvias más torrenciales, inundaciones rápidas y vientos más violentos. En este contexto, las comunidades filipinas enfrentan desafíos cada vez mayores para proteger vidas y propiedades frente a desastres naturales cada vez más frecuentes y severos.
El gobierno mantiene un monitoreo constante mientras refuerza las medidas de emergencia. Sin embargo, la magnitud del impacto de Man-yi solo se conocerá una vez que la tormenta complete su recorrido, dejando en evidencia la vulnerabilidad de las islas frente a los efectos del clima extremo.
/EFE
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