El 17 de agosto de 2007 fue el último cumpleaños que Salvatore Mancuso celebró en familia después de que fuera extraditado el 13 de mayo de 2008 a Estados Unidos acusado de seguir exportando cocaína y delinquiendo desde la cárcel de Itagüí donde se encontraba después de haberse acogido a la Ley de Justicia y Paz del gobierno Uribe.
No sería sino hasta el 17 de agosto de 2024 que los Mancuso Gómez se reencontrarían para festejar los 60 años del exjefe de las Autodefensas Unidas de Colombia. Rosana Mancuso, la única mujer de cuatro hermanos -Gian Carlo, Salvatore, César, Roberto- se encargó de los preparativos, así como se encargaba de organizar los magnos eventos del Club Campestre de Montería desde que la designaron ‘Capitana de Casados’, gracias a su elegancia y conexiones.
Gladys Gómez, la mamá de los Mancuso, fue la anfitriona de la reunión, entre sus hijos, nietos y bisnietos. Su esposo Salvatore Mancuso D’Angiolella, un técnico en reparación de plantas eléctrica nacido en Pontecagnano, provincia de Salerno, al sur de Italia, y con quien se casó después de su breve paso por el reinado nacional de la Ganadería, fue el gran ausente. Murió en Montería el 6 de julio del año pasado por de quebrantos de salud.
El cumpleaños de Salvatore Mancuso fue en Medellín a donde el exjefe paramilitar se trasladó una vez fuera designado gestor de paz por el presidente Gustavo Petro. Allí se presenta periódicamente cada tres meses ante un juzgado con el compromiso de no delinquir y de contribuir a crear puentes de diálogo con las cabezas de los distintos grupos armados a quienes conoció en la guerra, para acercarlos a la paz total. Con la JEP tiene el compromiso de colaborar con la verdad sobre la relación de algunos miembros de las Fuerzas Militares con las Autodefensas Unidas de Colombia, el monstruo armado que ayudó a construir.
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Gianluigi, Jean Paul y Gianluca, los tres hijos que Salvatore Mancuso tuvo con su exesposa Martha Dereix respondieron al llamado de la abuela Gladys que les pidió dejar atrás las diferencias del pasado y pasar el primer cumpleaños en libertad. Había pasado 15 años detenido. Salvatore Mancuso aterrizó en Colombia el 27 de febrero de 2024, tres meses después del matrimonio de su hijo Jean Paul quien se casó por lo alto en el Club Campestre de Montería en noviembre del 2023 con la vallenata Valeria Cotes, hija de Carlos Cotes, conocido como Cale, exconcejal de Valledupar y secretario de gobierno departamental del exgobernador Francisco Ovalle Angarita.
A sus 32 años, Jean Paul es el hijo de Mancuso más cercano a la elite política cordobesa. Sus mejores amigos desde la infancia, que asistieron también a su matrimonio, son el gobernador de Córdoba, Erasmo Zuleta y el concejal Álvaro Daniel Cabrales, hijo del político monteriano Álvaro ‘El Boroco’ Cabrales, aliado clave de los García Burgos, la familia que ha mandado en Córdoba a punta de alianza y apellidos y cuyo poder Nora García le heredó a su hijo Marcos Daniel Pineda, dos veces alcalde de y hoy senador de la República
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No asistir al matrimonio de su hijo no le impidió a Mancuso conocer a su nieta Georgia, hija de Jean Paul con Valeria Cote, que nació en el 2018 cuando Mancuso aún continuaba tras las rejas en Atlanta, Georgia. La pequeña de 6 años no se le despegó a su abuelo el 17 de agosto como lo muestra la fotografía familiar en la que se le ve sentada junto a él.
El hijo consentido de Mancuso siempre fue su hijo menor Gianluca, quien tenía 12 años cuando su papá fue puesto en un avión extraditado rumbo a Estados Unidos. Gianluca ya tiene 29 años, y ha intentando dejar atrás la sombra del apellido. No le gusta la ganadería ni las fincas, muy alejado de la tradición familiar, Gianluca incursionó en el mundo de la moda, con una marca propia de ropa urbana llamada Varna Rush, pensada tanto para hombres como para mujeres.
Gianluigi, el mayor de los hijos de Mancuso, se mantiene alejado de los eventos familiares, así como de los reflectores sociales en Montería, sin embargo, dijo presente en el cumpleaños de su papá. En el 2014 huyendo de la presión social, Gianluigi se mudó a Italia donde vivía con el primo de su papá, Doménico Antonio Mancuso Hoyos quien había sido responsable de desplazar a cien familias del Catatumbo y acusado de cometer 130 homicidios, pero gracias a su nacionalidad pudo instalarse en Italia y evitar la persecución de la justicia. Sin embargo, no lo logró y el 6 de agosto de 2014, Doménico Mancuso fue capturado mientras se encontraba con Gianluigi, quien horas después fue puesto en libertad.
De los hermanos de Salvatore Mancuso, Rosana sido su escudera. ‘El Mono’, como le llama con cariño, es para ella una víctima más del conflicto armado y no se ha silenciado cuando de defenderlo se trata. En el 2015 fue la única Mancuso que viajó a Washington para asistir
La la sentencia del exjefe paramilitar que terminó condenado a 15 años de cárcel. Mientras Rosana Mancuso lidiaba con la condena de su hermano también tenía que lidiar con la de esposo, el médico Manuel Troncoso Álvarez, quien fue secretario de Salud de Córdoba durante la administración de Libardo López Cabrales (2004-2007); cargo al que llegó como cuota de los paramilitares y con el espaldarazo del entonces senador Juan Manuel López Cabrales.
Rosana visitaba tanto a su hermano Salvatore en EEUU como a su esposo la cárcel Las Mercedes de Montería donde pagó tres años por concierto para delinquir. Las condenas no cesaron. En el 2011, Manuel Troncoso volvió a ser condenado, esta vez a seis años de cárcel por el delito de contratación sin el lleno de requisitos legales cuando estuvo detrás de un cuestionado contrato de $ 825 millones para censar y vacunar perros cuando fue secretario de Salud de Libardo López Cabrales.
El 19 de febrero de 2018 Manuel Troncoso sufrió una isquemia que le ocasionó una muerte cerebral de la que no se pudo recuperar y falleció seis días después en la clínica Porto Azul de Barranquilla. Para ese entonces, Manuel Troncoso se encontraba pagando su segunda condena. Decidido a no pasar más tiempo en la cárcel y con serios problemas económicos, tomó la decisión de declarar contra Zulema Jattin en su juicio por parapolítica, pero moriría dos meses antes de que este arrancara.
Mancuso y la tarea que tiene temblando a más de uno en Sucre, Córdoba y la Costa
El patriarca de la familia, Salvatore Mancuso D’Angiolella nunca le perdonó a su hijo Salvatore que entregara la finca El Cortijo ubicada en los Pericos, zona rural de Montería, como parte de los bienes con los que repararía a las víctimas de Justicia y Paz. En El Cortijo, una finca de más de 13 hectáreas, Salvatore Mancuso padre vivió durante 20 años y en el 2007 no dudó en demandar penalmente a su hijo acusándolo de entregar una finca que no le pertenecía. Durante cuatro largos años, Mancuso padre no puso un pie en El Cortijo hasta el 2011 cuando un juez le dio la razón y le autorizó volver a su tierra.
Entonces y con su propia tierra, Mancuso cumplió lo firmado en el Pacto de Ralito que los paramilitares firmaron con el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Muchos comandantes hicieron lo mismo, pero con los años se ha descubierto que los bienes no se entregaron como reparación a las víctimas, sino que se los robaron en el camino. En el intercambio de sombreros con el presidente Petro en Montería, Mancuso se comprometió a ayudar a identificar los bienes para que el Estado pueda reparar a las víctimas.
El primer destino para Salvatore Mancuso será Sucre después de que un juez lo habilitara para tener la libertad y hacer lo propio en la Costa Atlántica, con antiguos subalternos cuando era el fiero comandante del Bloque Norte de las AUC, como ocurre con Chiquito Malo, la cabeza del Clan del Golfo, para intentar que entren a la Paz Total. Su vida es otra, reposada y tranquila, tal como se le vio en el cumpleaños rodeado de dos generaciones de Mancusos, un encuentro en el que el gran ausente fue su padre de quien heredó su nombre.
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