Nicola Catena fundó la empresa en 1902 y fue heredada después de más de 50 años por Nicolás Catena Zapata, su nieto, quien revoluciono la historia de la compañía
La historia del vino en Argentina no solo está marcada por el talento y la tradición de sus viticultores, sino también por la influencia de aquellos que llegaron desde otras tierras para aportar su conocimiento y visión. Uno de los nombres más destacados en este sentido es el de Nicola Catena, un inmigrante italiano que, a principios del siglo XX, fue clave en la creación de una de las marcas de vino más prestigiosas, Catena Zapata.
La migración de Nicola Catena y los inicios de su sueño
En 1898, Catena emigró de Italia hacia Argentina huyendo de la escasez en Europa. Con su aire fresco de montaña, Mendoza conquistó el corazón de Nicola, pues él veía y percibía este lugar como una tierra fértil, una especie de tierra prometida.
Después de cuatro años, en 1902 decidió plantar su primera viña de Malbec, hasta ese entonces el Malbec solo había sido empleada como uva de corte, es una uva que se combina con otras variedades para elaborar un vino de corte, en Burdeos, la ciudad de Francia. Pero Nicola sospechaba que podría alcanzar su escondido esplendor en los Andes, intuición que florecería un siglo más tarde.
El sueño viticultor fue heredado por su hijo mayor, Domingo Catena, quien condujo la bodega familiar a un segundo nivel, convirtiéndose en uno de los viticultores más prósperos de Mendoza. Domingo aseguraba, al igual que su padre, que el Malbec argentino podía dar vinos tan elegantes y complejos como los franceses.
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Durante la década del 60, la familia Catena tuvo que enfrentarse a grandes desafíos, pues la economía del país atravesaba una época de confusión y los índices de inflación eran descomunales. Para aquella época Nicolás Catena Zapata, quien se convertiría en el heredero que revolucionaria la empresa, tenía 22 años y como recién graduado de economía le sugirió a su padre no cosechar. Sin embargo, Domingo no siguió el camino que su hijo le indicó.
Cuando Nicolás tuvo que tomar las riendas de la bodega, Argentina aún enfrentaba una gran crisis política y económica, con un gobierno militar que acababa de declarar la guerra al Reino Unido.
El legado de los Catena: La revolución del vino Catena Zapata
En 1963, Nicolás Catena Zapata recibió de su padre el sueño por el que él y su abuelo habían estado trabajando. Nicolás decidió concentrarse primero en ampliar la distribución dentro de Argentina. Sin embargo, a principios de los 80, surgió una oportunidad que no podía rechazar, fue invitado a dar clases de Economía como Profesor Visitante en la Universidad de Berkeley, California.
Hasta ese entonces, nadie en el mundo se había atrevido a desafiar la supremacía de Francia como productor de calidad, excepto los Californianos. Fue así como Nicolás regresó a Mendoza con una visión en mente; vendió la bodega elaboradora de vinos de mesa, quedándose solo con Bodegas Esmeralda, la bodega de vinos finos de la familia. Al haber sido el primer exportador de vinos finos de Argentina, Catena sentó las bases para el posicionamiento del país en el mapa vitivinícola mundial.
En 1985, al fallecer su padre Domingo, Nicolás decidió dedicarse a la misión de comprobar si la intuición de su padre era la correcta respecto al Malbec, que para ella época se encontraba muy por debajo del Cabernet Sauvignon o Chardonnay, vinos buscados por coleccionistas. Al cabo de cinco años de intenso trabajo en el viñedo Angélica, de 85 años, se sintió realmente satisfecho con los resultados, y en 1994 decidió elaborar el vino Catena Malbec.
Más tarde el Wall Street Journal lo rankearía como el Malbec Nro 1 de Argentina, en su primer publicación sobre vinos Malbec.
Actualmente, las uvas para la elaboración de los vinos Catena Zapata provienen de seis viñedos históricos: Angélica, La Pirámide, Nicasia, Domingo, Adrianna y Angélica Sur. En 2023, Catena Zapata se posicionó como el viñedo número uno del mundo, esto de acuerdo a World’s Best Vineyards.
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