Las conexiones con otros individuos no solo son inevitables, sino que también son necesarias y saludables, siempre y cuando seamos capaces de comprenderlas
Por: Sara Moreno
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Varias veces he escuchado decir que: la convivencia es muy difícil. Y lo es. Yo lo confirmé con el matrimonio. Después de dos matrimonios y muchas peleas (no solo con mis maridos), hubo un momento en mi vida en el que comprendí que las diferencias entre las relaciones humanas, simplemente, estaban a la orden del día.
Quizás más por razones de orden social y cultural que de orden biológico, pero ese es otro tema. Lo cierto es que no hace falta un “mal marido” ni “malos amigos” para que haya peleas en nuestras relaciones, con que las tenemos es suficiente. Y las relaciones con otros humanos no solo son inevitables sino, además, necesarias y saludables.
En el transcurso de las mis relaciones, aprendí que:
- Todos los adultos somos niños heridos en mayor o menor grado. Antes de juzgar al otro, debemos tenerle compasión.
- A menudo, no tenemos la capacidad de hacer sentir mejor al otro. Solo podemos esperar a que su situación mejore cuando reciba lo que necesita, de quien lo necesita. Entonces, podremos abordarlo.
- Lo mejor que podemos hacer por los demás, es estar bien nosotros mismos. Conocernos, saber lo que nos cae bien hacer y hacerlo.
Comparto con ustedes esto que he aprendido, con la intención de contribuir a que en el 2025 todos tengamos mejores relaciones. No siempre lo pongo en práctica; con frecuencia, en lugar de sentir compasión, me enfurezco.
Una y otra vez trato de hacer sentir mejor a mis hijas, cuando lo que ellas necesitan es que no intervenga y que, en lugar de desgastarme, me llene de energía. Pero frecuentemente me lo recuerdo y cada vez es más común que lo ponga en práctica. Y solo la práctica hace al maestro.
¡Buena suerte y que disfruten a sus humanos!
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