David H. McConnell fundó en 1886 ‘California Perfume Company’. No fue hasta más de 40 años después que por primera vez la compañía adoptó el nombre de Avon
El mundo de la cosmética es diverso; no sólo abarca el maquillaje, sino también esos productos que buscan embellecer el cuerpo. En medio de ese mercado, hay una gran variedad de marcas que gozan de popularidad mundial, como L’Oréal, Garnier, Nivea, entre muchas otras. Si bien es un mercado competitivo, las compañías que cuentan con canales de venta directa y asesoras son las que más reconocimiento tienen, pues se puede decir que son las precursoras de este negocio, como es el caso de la gigante Avon, que, aunque sigue funcionando como marca independiente, forma parte del portafolio de Natura.
Avon, la empresa que nació de la venta de libros
David H. McConnell, un hombre que inició su carrera vendiendo libros en las calles, no imaginó que su vida daría un giro tan radical y terminaría creando una de las marcas más icónicas de la industria de la cosmética mundial.
McConnell nació en Nueva York y, aunque no tuvo una infancia ni adolescencia extraordinarias, su vida adulta estuvo marcada por la creación de una de las compañías más reconocidas hoy en día. Mucho antes de que llegara 1886, David se desempeñaba como vendedor de libros ambulante; por cada libro que vendía, le regalaba muestras de perfumes a sus clientes.
Un día notó que sus compradores estaban más interesados en las muestras de productos de belleza que daba como obsequios que en los mismos libros. Fue así como decidió transformar su negocio y enfocarse en los cosméticos.
A medida que la compañía fue creciendo, surgió la idea de contratar representantes para dar a conocer los perfumes. En 1886, McConnell fundó la California Perfume Company, nombrada así en homenaje a las flores y aromas de California; una empresa que, en sus primeros años, se dedicaba a vender perfumes, pero lo hizo de una manera innovadora: a través de vendedoras independientes que ofrecían los productos directamente a las consumidoras en sus hogares, una forma bastante revolucionaria para la época.
Este empresario le ofreció a las mujeres la oportunidad de convertirse en empresarias mucho antes de que el voto femenino en Estados Unidos fuera establecido en 1920. La primera persona en vender lo que en ese momento era Avon fue una mujer estadounidense de 50 años en el año 1886; su nombre era Mrs. Albee.
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La empresa prontamente expandió su catálogo, pasando de solo vender perfumes a cremas, lociones limpiadoras, entre otros. En su décimo año de funcionamiento, en 1896, la compañía lanzó su primer catálogo de productos. En 1914, inició su expansión abriendo una oficina en Montreal, Canadá.
Después de casi 40 años, por primera vez, se usó el nombre de Avon en una línea de productos que incluían cepillos de dientes, limpiador y productos de tocador. Esta línea se convirtió en la más exitosa de la empresa, tanto así que, en 1939, California Perfume Company pasó a llamarse Avon.
En 1937, David H. McDonnell falleció, pero esto no detuvo que la compañía siguiera creciendo. De hecho, en 1957 Avon superó por primera vez la marca de ventas de 100 millones de dólares y el número de sus representantes aumentó a 100 mil en varias partes del mundo. En 1961, su expansión internacional se consolido con el inicio de operaciones en Venezuela.
A lo largo del siglo XX, Avon se expandió globalmente, estableciéndose como líder en la venta directa de cosmético, pero fue en las últimas décadas cuando la compañía experimentó una transformación importante. En 2020, Avon fue adquirida por Natura &Co, un conglomerado brasileño que también posee marcas como Natura, Aesop y The Body Shop.
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