Después de más de 7 años de espera, Francisco Martínez con su poderosa compañía Arquitectura & Concreto liderará la obra cuya inversión es de $ 180 mil millones
En 2017, cuando el alcalde de Pereira era el hoy senador liberal Juan Pablo Gallo y el gobernador de Risaralda era Sigifredo Salazar, se anunció con bombos y platillos que en la ciudad se iba a construir un gran complejo empresarial que constituiría el primer World Trade Center de todo el Eje Cafetero. Para esta iniciativa que tenía detrás a la Alcaldía, la Gobernación, a la Cámara de Comercio local y a privados se proyectaba una inversión de $ 30 mil millones y se esperaba que su construcción iniciara en junio de 2018. Sin embargo, no fue hasta ahora, siete años después, que comenzó a hacerse realidad.
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La empresa encargada de sacar adelante esta obra, la cual finalmente tendrá una inversión cercana a los $180 mil millones, es Arquitectura & Concreto, una constructora que a pesar de la crisis de la construcción que se está viviendo en el país logró ser la que más facturó entre enero y octubre del año pasado superando a gigantes como Amarilo o Marval. Fue fundada en 1990 por Francisco Martínez, quien la sigue manejando hoy en día y quien la ha sabido impulsar principalmente en el segmento de las Viviendas de Interés Social (VIS), aunque se le conoce especialmente por haber levantado centros comerciales como el Viva Envigado y el Viva Barranquilla, ambos del Éxito y la Ciudadela Fabricato.
El complejo empresarial tendrá cerca de 45 mil metros cuadrados y le permitirá a Pereira unirse a Bogotá, Cali, Cartagena e Ibagué, otra ciudad del Eje Cafetero, entre las colombianas con ese tipo de edificaciones.
¿Qué tuvo detenido el inicio de las obras?
Desde el comienzo se tenía planeado que el World Trade Center se encontrara ubicado al lado de expofuturo en plena Villa Olímpica de Pereira. No obstante, con diseños listos y personal ya contratado tuvieron que frenar el proyecto, puesto que se dieron cuenta de que en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) constaba que esa zona podía dársele únicamente usos deportivos y recreativos, criterio que no cumplía un complejo empresarial.
Entonces, el alcalde Gallo, hoy investigado por su presunta participación en el entramado de corrupción de la Ungrd, se puso manos a la obra para buscar salvar el proyecto. Inicialmente se contempló tramitar en el Concejo municipal una modificación para el POT, pero finalmente se optó por desarrollar un Plan Parcial en la zona. Así las cosas, quien se pudo colgar la medalla de comenzar el complejo no fue él, sino el actual alcalde, el conservador Mauricio Salazar Peláez.
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