El legislador republicano ha sugerido que el presidente de Colombia es drogadicto; en respuesta, lo acusan de liderar un golpe de Estado
A la larga lista de contrincantes internacionales que suma el presidente Gustavo Petro se unió recientemente el congresista estadounidense Mario Díaz-Balart. Aquí le contamos quién es el republicano no solo sindicó al mandatario de tener problemas con las drogas, sino también le sugirió varios programas para rehabilitarse.
La confrontación entre Gustavo Petro y Mario Díaz-Balart alcanzó su punto más tenso cuando el presidente colombiano lo acusó públicamente de liderar una conspiración internacional para promover un golpe de Estado en Colombia. Esta declaración se dio luego de que el congresista estadounidense cuestionara abiertamente al mandatario e interviniera en asuntos internos del país.
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El representante y no senador —como lo llamó Petro— nació en Fort Lauderdale, Florida, tiene raíces latinas, pues sus padres eran de Cuba, y es un curtido legislador del gigante norteamericano desde el 2003.
Aunque es un férreo opositor de la izquierda latinoamericana, su familia tiene un pasado ligado a figuras de esa corriente: su tía, Mirta Díaz-Balart, fue la primera esposa del dictador cubano Fidel Castro y madre de su hijo, “Fidelito”, lo que convierte a Mario Díaz-Balart en primo del hijo del líder cubano. A pesar de estos lazos, su padre, Rafael Díaz-Balart, fue un conocido político anticastrista, y su hermano, Lincoln, también fue congresista y crítico del régimen cubano.

Díaz Balart se ha dado a conocer porque desde que Gustavo Petro es presidente ha promovido iniciativas para que Estados Unidos reduzca sus apoyos económicos para Colombia. Su posición como presidente del Subcomité de Apropiaciones para las Relaciones Exteriores le han dado piso para lograr su cometido, dado que esa célula legislativa es la que regula los fondos de ese país para el resto del mundo.
Inclusive, desde que Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos, su posición contra Colombia ha ido ganando más apoyos legislativos bajo el argumento de que Petro es enemigo de ese país y, por el contrario, se congracia con figuras polémicas de la izquierda como el dictador venezolano Nicolás Maduro.
Además de estudiar Ciencias Políticas en la Universidad del Sur de Florida, en Tampa, el congresista republicano fue miembro de la Legislatura del Estado de Florida, donde ocupó escaños tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. Durante su trayectoria legislativa, presidió comités clave como el de Asignaciones. Ya en el Congreso de los Estados Unidos, ha sido presidente del Subcomité de Seguridad Nacional, Departamento de Estado y Programas Relacionados (NSRP), y también forma parte del Subcomité de Defensa.
Dentro de sus principales banderas están el empoderamiento y fortalecimiento de las economías,la seguridad de su país y la protección de las libertades individuales, lo que lo ha catapultado como una de las figuras con ascendencia latina más conocidas del territorio estadounidense.
A pesar de sus lazos familiares con figuras vinculadas a la izquierda, eso no parece haber influido en su postura política. Díaz-Balart ha cultivado estrechas relaciones con líderes de la derecha gringa como latinoamericana, entre ellos el expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez.
De hecho, ha sido uno de los principales defensores del líder natural del Centro Democrático y uno de los más críticos del juicio que enfrenta en Colombia. Ha señalado que el presidente Gustavo Petro y los organismos judiciales que mantienen a Uribe en el banquillo de los acusados están llevando a cabo una “cacería de brujas” que —según él— está siendo vigilada de cerca desde Estados Unidos.
Con un apellido cargado de historia, una agenda conservadora y una mirada crítica sobre el rumbo de Colombia, Mario Díaz-Balart se ha convertido en una voz incómoda para el presidente Petro; además, en un aliado clave para quienes, desde Washington, siguen apostando por una derecha dura en América Latina.

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