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Juan José Benítez más conocido como J.J. Benítez, autor de la saga “Caballo de Troya”, de visita en Colombia con motivo de la Feria Internacional del Libro FILBo 2025, se sienta en esta entrevista con Diana Mantilla en exclusivo para Las2Orillas, y habla sobre sus dos últimas obras: “La Cara Oculta de México” y “Luz de Tungsteno”, publicadas por editorial Planeta.
DIANA MANTILLA: Hablemos sobre “La cara oculta de México”… ¿Cómo se entera de las figuras de México y en las investigaciones, qué materiales se hallaron en las composiciones de estas figuras?
J.J. BENÍTEZ: Hace aproximadamente cinco, seis años, yo estaba en México investigando un caso de un humanoide mutilado que habían encontrado en un pueblo. La persona que me acompañaba que era Toño Erazo, me empezó a hablar de unas piedras grabadas que habían encontrado en el estado de Michoacán (México). No le presté mucha atención porque estaba centrado en el tema de un tripulante partido por la mitad. Pero bueno, al final, acudí al lugar donde estaban las piedras grabadas y lo primero que pensé es que era un fraude. ¿Por qué? Porque son de una belleza increíble, de una perfección asombrosa (…) Me puse a investigar y me di cuenta de que ya había habido dataciones en Estados Unidos, en Alemania que daban ocho mil años de antigüedad de las piedras grabadas. A partir de ahí me di cuenta de que no era un fraude. Empecé a investigar y a comprobar que las grabaciones en las piedras no tienen huellas, es decir, no tienen señales de herramientas. Cualquier escultor que hace una grabación o una escultura, comete errores a la hora de grabar y quedan las señales, quedan las huellas de la herramienta. Aquí no existen, entonces, aquello ya me pareció muy raro, y las dataciones fueron lo más importante, es decir, si unas piedras tienen ocho mil y pico años, no estamos hablando de artistas actuales o modernos o artesanos modernos. Seguí investigando, pude localizar y fotografiar entre doscientas y trescientas piedras grabadas porque lamentablemente las venden, las sacan del sitio y las venden. Conforme fui investigando, me di cuenta de que estaba ante uno de los hallazgos probablemente más importantes de los últimos tiempos desde el punto de vista arqueológico.
DIANA MANTILLA: Dice que pudo fotografiar entre doscientas y trescientas. Entonces, ¿De cuántas piedras constaba el hallazgo?
J.J. BENÍTEZ: Se calcula que hay aproximadamente unas 60.000 desde el año 2017…No lo sé con seguridad.
DIANA MANTILLA: Además de las figuras, ¿qué más encontró?
J.J. BENÍTEZ: Lajas grabadas, hachas, puñales, bastones, unas supuestas urnas funerarias, las cuales tienen forma de nave. Tienen una tapa, se abre y aparecen unos pilotos no humanos… Luego, están las esculturas. Las estatuas, que son impresionantes -entre ellas “La Pareja”-.
DIANA MANTILLA: “La Pareja” es una pieza de más de un metro ochenta y se dice que es bastante extraña. Cuéntenos de ella.
J.J. BENÍTEZ: En la pareja, aparte de la india que está abrazando a este ser, aparece un ser muy alto con ojos verdes alargados -el cráneo típico de los extraterrestres-, tiene pies de cuatro dedos y luego, tanto en la espalda como en los brazos, aparecen muchos tatuajes que están grabados. Esos tatuajes son naves, son ovnis… Del collar que tiene (…) con piedras, conseguimos sacar una piedra; la llevamos a analizar en la Universidad Autónoma de Madrid con termoluminiscencia y daba una antigüedad del siglo tercero, mil ochocientos años más o menos.
DIANA MANTILLA: ¿Había visto en algún otro lugar piezas similares a las que hallaron en México?
J.J. BENÍTEZ: No, yo no recuerdo haber visto algo tan espectacular, con tantas piezas, con tanta belleza. Son esculturas, grabaciones meticulosas dotadas de una perfección increíble. Nunca…, ¡yo nunca lo había visto! En las piedras de Ica hay cosas muy interesantes, pero no son los mismo. En las piedras de Ica, hay incisiones en las piedras, grabados en las piedra (…) pero es que aquí está esculpido por una cara.
DIANA MANTILLA: Háblenos ahora del libro «Luz de Tungsteno”. ¿Por qué el título?
J.J. BENÍTEZ: Se debe a los viajes que hice con los reyes de España por el mundo durante varios años. Una de las personas que nos acompañaba, era un fotógrafo muy bueno que se llamaba Alberto Schommer, a quien yo le dedico el libro… Gastábamos bromas entre él y yo, porque en aquella época -estoy hablando de los años setenta, ochenta- había una película fotográfica que se llamaba ‘tungsteno’ y tenía unas características especiales…: ¡Hacía unas fotos muy diferentes! Entonces, gastábamos bromas, porque él y yo veíamos la vida de otra manera: como si en vez de ojos, ¡tuviéramos luz de tungsteno! Elegí ese título porque en esas 10.101 frases, lo que hago es observar la vida desde un punto de vista distinto. Por ese recuerdo le puse “Luz de Tungsteno”.
DIANA MANTILLA: “Luz de Tungsteno” contiene 10.101 pensamientos en 400 días. ¿Cómo fue esa experiencia? ¿De dónde venían esos pensamientos?
J.J. BENÍTEZ: Me puse a escribir durante cuatrocientos días y salió una media de 25 pensamientos por día (…) Yo sigo diciendo que no son míos porque yo no tengo tanta capacidad (…) Muchos de ellos son de una gran profundidad. Ese fue el experimento con el que yo empecé a escribirlos.
DIANA MANTILLA: “Lo sospecho, Dios son muchos” reza uno de ellos. ¿Qué quiere decir con eso?
J.J. BENÍTEZ: La tradición de las diferentes religiones nos lo explica: Dios es uno. Yo creo que Dios no es uno: ¡Dios son muchos!, ¡muchos dioses! Lo que pasa es que la religión no te explica eso…
DIANA MANTILLA: ¿Hubo algún orden cronológico o de algún tipo específico en el que aparecieron todos estos pensamientos o iban llegando cada día sin ninguna relación?
J.J. BENÍTEZ: Yo compré una serie de cuadernos y empecé a escribir todos los días conforme llegaba algún pensamiento. Es decir, el cuaderno siempre estaba a mi lado porque de repente llegaba una idea y muchas ideas se escaparon, no pude registrarlas, entonces, conforme llegaba una idea, la apuntaba. Cuando había terminado el día, las volvía a leer, y muchas de ellas, o las entendía a medias, o no sabía lo que significaban.
DIANA MANTILLA: ¿Le llegaban ideas reiterativas?
J.J. BENÍTEZ: No, no se repetían. No llevaba un orden cronológico ni se repetían. Le di a la editorial todos los cuadernos de campo con todas las frases a mano, con fechas, no todas se publicaron.
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