Por: Luisa Acosta, Samuel Fierro, Karen Molina e Isabella Lambertino
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Un escenario, miles de luces, multitudes vibrando al ritmo de su artista favorito y una economía local que respira. La música, más que entretenimiento, es también negocio. Y en Colombia, durante el último año, fue motor económico. Las giras de FEID, Shakira y Maluma no solo emocionaron a sus fanáticos, también dejaron una huella en el Producto Interno Bruto nacional.
Durante décadas, la cultura ha sido vista como un gasto, no como una inversión. Sin embargo, la más reciente oleada de macroconciertos en el país —protagonizada por tres de los artistas colombianos más influyentes— demostró lo contrario. Más de $310.000 millones de pesos se movieron entre boletería, transporte, turismo, alojamiento, alimentos y comercio informal en eventos musicales que, además de emocionar, dinamizaron el aparato económico.
Con base en datos oficiales de alcaldías, cámaras de comercio, gremios turísticos y empresas organizadoras se evidencia que los conciertos de FEID a finales del año pasado en Bogotá y Medellín, respectivamente; de Shakira durante el primer trimestre de este 2025 en Barranquilla, Medellín y Bogotá, y los de Maluma en las dos principales ciudades del país representaron el 0,0196 % del PIB nacional de 2023, según el registro actualizado por el DANE el pasado 28 de marzo. A primera vista, parece una cifra pequeña, pero cuando se analiza su impacto en economías locales y sectores como el empleo, la ocupación hotelera y el comercio, el fenómeno toma una dimensión mucho más amplia.
El Ferxxocalipsis en cifras: Medellín y Bogotá se prendieron con el Ferxxo
En diciembre de 2024, Medellín se paralizó durante tres noches consecutivas con la llegada de FEID y su tour FERXXOCALIPSIS. Las cifras hablan por sí solas: 159.000 asistentes, $41.561 millones de pesos en ganancias y 7.000 empleos directos en solo una ciudad. Según la Secretaría de Desarrollo Económico de Medellín, el 42,7 % de los asistentes eran visitantes, y cada uno gastó en promedio 99,3 dólares diarios (alrededor de $397.200 pesos), cifras que se sintieron en hoteles, bares, tiendas y restaurantes.
En Bogotá, donde el evento también se realizó en tres fechas, el impacto fue menor, pero relevante: 60.000 asistentes, $15.509 millones de pesos generados y 3.500 empleos. Sumando ambas ciudades, el tour de FEID movilizó 219 000 personas, generó más de 10 500 empleos y dejó ingresos totales por $57.070 millones de pesos. Una cifra que ya muchos gobiernos locales quisieran replicar.
Barranquilla, Medellín y Bogotá bailaron con Shakira… Pero también facturaron
Cuando Shakira anunció su regreso a Colombia con la gira Las mujeres ya no lloran World Tour, pocas cosas se imaginaron tan grandes como lo que realmente sucedió. En su natal Barranquilla, su concierto movilizó 85.000 asistentes, con una ocupación hotelera del 95%, generando ingresos por $67.000 millones de pesos y creando 12.000 empleos. De ahí a que, según la Alcaldía Distrital y la Cámara de Comercio de la ciudad, el evento representó el 0,095 % del PIB del departamento del Atlántico y movilizó cerca de $18.000 millones en transacciones directas e indirectas.
En Bogotá, por su parte, Shakira no fue menos impactante. Se registraron 80.000 asistentes, $136.000 millones en ganancias y un aporte del 0,13 % al PIB capitalino durante el primer trimestre de 2025, en tanto que la ocupación hotelera alcanzó el 92 %, y solo en rubros como bebidas, transporte y souvenirs se movieron $28 000 millones.
La última parada fue Medellín, con 69.310 asistentes, $46.458 millones en ganancias, 5.000 empleos generados y un 95% de ocupación hotelera. En total, Shakira movilizó a más de 234.000 personas en tres ciudades, con un impacto económico de $249.458 millones de pesos, de manera que la barranquillera no solo cantó, sino que también impulsó la economía del país.
Maluma: El Pretty Boy que revoluciona el mapa
A diferencia de sus colegas, Maluma optó por una gira más corta, pero no menos efectiva. En Medellín y Bogotá, el artista atrajo a 85.000 asistentes, generó 5.500 empleos y dejó ganancias por $33.957 millones de pesos. No obstante, lo interesante del caso Maluma fue el comportamiento del turismo: el 37% de los asistentes en Medellín fueron turistas, y más de 20.000 personas llegaron desde otras ciudades del país, gastando en promedio 500 dólares por persona.
Aunque sus cifras absolutas fueron menores que las de Shakira o FEID, Maluma demostró que la música urbana local también es capaz de generar riqueza más allá del espectáculo.
El balance: cultura que produce, no que gasta
En total, 561.310 personas asistieron a los conciertos de estos tres artistas en Colombia entre 2024 y 2025. Se generaron 39.000 empleos directos y las ciudades anfitrionas vivieron verdaderos picos de consumo, turismo y ocupación hotelera. El resultado económico agregado —más de 310 mil millones de pesos— puede parecer marginal frente a los $1.584 billones de pesos del PIB nacional, pero representa un crecimiento tangible dentro de la llamada economía naranja.
Para muchos analistas, este fenómeno es evidencia de que el arte, cuando se conecta con la industria y las políticas públicas, puede funcionar como motor de desarrollo económico. Un ejemplo claro es Barranquilla, donde el concierto de Shakira fue planificado junto a entes gubernamentales, generando no solo ganancias, sino planeación urbana para la ciudad.
Un llamado a la inversión cultural estratégica
Los datos están sobre la mesa e indican que la cultura no es gasto: es producción, consumo, empleabilidad y turismo. Conciertos como los de FEID, Shakira y Maluma deberían ser vistos por alcaldías y gobiernos departamentales como oportunidades de desarrollo económico y no únicamente como eventos masivos.
Pues, los resultados abren la puerta a un debate urgente: ¿por qué no incluir los sectores culturales como activos estratégicos en los planes de desarrollo económico nacional? Si un solo concierto puede representar el 0,1 % del PIB de una ciudad, ¿qué podría lograrse con un circuito permanente de eventos planificados y articulados con el aparato productivo?
El eco de un estadio lleno se desvanece en minutos, pero la huella económica de un evento bien planeado perdura por años, porque el impacto de los conciertos de FEID, Shakira y Maluma demuestran que la música es una industria que, sin dejar de ser arte, también construye país.
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