Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
La campaña para evitar el ingreso de Colombia a la Ruta y la Seda llegó hasta Beijing, con la desinformación propia de estas épocas. Los chismes y rumores que se irradiaron por redes y medios para desdibujar la visita presidencial y la nueva política exterior impiden dimensionar la importancia del giro del país en el contexto internacional. Desmarcarse de la política incondicional pro estadounidense, para inscribirse en la multipolaridad en la que el país puede escoger lo mejor de los dos polos tiene un costo político que se proyecta en los esfuerzos por desprestigiar la visita, la acción del gobierno y ocultar las oportunidades que se abren para el país.
Por supuesto la falta de información parte del mismo gobierno, tanto sobre la agenda como de su desarrollo, lo que facilitó la acción de los opositores y desinformadores profesionales. La visita siempre tuvo dos agendas, una de la Cancillería y otra de la Presidencia, pues una correspondía a la presidencia pro tempore de Colombia de Celac que incluyó reuniones con Lula, Boric y Xi Jiping, ya de por sí importante. Por otra estaba el desarrollo de la visita de la canciller para cerrar los protocolos y la firma de la Franja y la Ruta. Por esta razón Sarabia no siempre estaba al lado del presidente sino siguiendo su agenda.
Los supuestos maltratos de Petro a Sarabia, como no llevarla en el avión presidencial, dejarla viajar sola en el tren bala a Shangai o regañarla por supuestas diferencias en el texto del Memorando de Entendimiento firmado, hacen parte de la cadena de desinformación. El objetivo es presentar el acercamiento a China como una acción caótica, improvisada y desordenada del gobierno y ocultar así que se trata de una política que abre las puertas a una nueva relación con el mundo asiático, con el sur Global, y con la mayoría de las naciones latinoamericanas.
Poco ayuda que Petro repita los comportamientos que tanto le critican, desprestigian y desdibujan como líder. Llegar tarde a las reuniones -una hora con la presidenta del Banco Nacional de Desarrollo Dilma Rousseff, varios minutos a la del presidente Xi Jiping y retrasos en las caravanas oficiales sin motivos de fondo- es más que irrespetuoso con el anfitrión. Pero no es una señal de desorden sino de desprecio. Quien queda mal posicionado es el presidente, pero no quiere decir que su política sea caótica, ni improvisada ni temeraria.
El paso que dio Petro de girar que el país mire tanto hacia Oriente como hacia el Norte, es de un gran significado para Colombia
.Tendrá repercusiones positivas en la medida en que el país y sus empresarios entiendan lo que significa el acceso a medio mundo en ascenso, que desconocía, y con el que aprender a relacionarse. Como debe el país desarrollar un nuevo marco de relaciones con Estados Unidos, porque pasar de la incondicionalidad a la independencia implica replantear las relaciones bilaterales. Es el nerd que se independiza de su padre. Conservar lo positivo de la relación bilateral con USA pero respetando la autonomía del país para definir sus asuntos exteriores, asumiendo su propia posición en vez de sumarse como un títere a las decisiones de Washington, requiere una reeducación cultural y muchas clases de geopolítica.
No se puede olvidar que la posición pronorteamericana le hizo ganar a Colombia el título del Caín de América Latina, cuando votó a favor de la invasión inglesa a Las Malvinas, o cuando como presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, Colombia avaló el informe fantasioso de las armas de destrucción masiva que supuestamente poseía Hussein, para justificar la invasión a Irak. Son actitudes vergonzosas no porque la sumisión lo sea, sino por el daño que hicieron esos desaciertos asumidos por obedecer al polo del Norte.
Creer que cambiar o discutir sobre el título del Memo de Entendimiento para ingresar a la Iniciativa de la Ruta y la Seda es un asunto trascendental, es ingenuo. Son precisiones que en todas las negociaciones se tienen que hacer. O creer que las agendas en China fueron improvisadas, solo porque el gobierno suele improvisar, es incorrecto. Inclusive es irrespetuoso con la seriedad, organización y visión del gobierno chino, como si no tuviera la capacidad en su propio país de manejar una de cientos de visitas presidenciales.
Lo que facilita divulgar la imagen negativa de la visita es que el gobierno Petro tiene consolidada una imagen de desorden, a la que se suman las divisiones y guerras internas que permiten interpretar hasta lo positivo como negativo. Las visitas a grandes empresas como Energy Power, Sinovac o Huawei que duraron varias horas y fueron planeadas al detalle para que el presidente y sus ministros les sacaran el máximo provecho, indican una intención de aprovechar el ingreso a la Ruta y la Seda seria.
Pero esto es lo que molesta en sectores del país y a los voceros del Norte que insisten en permanecer en la guerra fría del siglo pasado. No ven la evolución de China como potencia económica, tecnológica y de equidad social, sino como una proyección de un modelo comunista que abandonaron hace décadas. Están muy desinformados. Ven una amenaza de seguridad en un país que no ha invadido a otro y que no ha construido bases militares alrededor del mundo, sino que ha desarrollado una infraestructura para facilitar y reducir los costos de la interconectividad global.
Brasil, Chile, Argentina y Perú entre otros países de la región exportan a China miles de millones de dólares anuales sin consideraciones ideológicas trasnochadas. Colombia tiene la oportunidad de equilibrar su balanza comercial cuando los empresarios abran los ojos y “las entendederas” para aprovechar las oportunidades que hace décadas el Norte dejó de ofrecer.
Del mismo autor: El imperialismo cowboy de Trump abre oportunidades para el desarrollo de Colombia
-.
(function(d, s, id) {
var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0];
if (d.getElementById(id)) return;
js = d.createElement(s); js.id = id;
js.src = «//connect.facebook.net/en_GB/all.js#xfbml=1»;
fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs);
}(document, ‘script’, ‘facebook-jssdk’));
!function(f,b,e,v,n,t,s)
{if(f.fbq)return;n=f.fbq=function(){n.callMethod?
n.callMethod.apply(n,arguments):n.queue.push(arguments)};
if(!f._fbq)f._fbq=n;n.push=n;n.loaded=!0;n.version=’2.0′;
n.queue=[];t=b.createElement(e);t.async=!0;
t.src=v;s=b.getElementsByTagName(e)[0];
s.parentNode.insertBefore(t,s)}(window, document,’script’,
‘https://connect.facebook.net/en_US/fbevents.js’);
fbq(‘init’, ‘446647882874276’);
fbq(‘track’, ‘PageView’);