El decreto de conmoción interior en el Catatumbo pasó sin pena ni gloria

El estado de conmoción en el Catatumbo fue decretado y levantado sin resultados claros, mientras la violencia y el control criminal siguen creciendo en la región

El 24 de enero de 2025, el presidente de la República Gustavo Petro Urrego, y su equipo ministerial, firmaron el decreto 0062, en el que se declaró el estado de conmoción interior en los municipios del Catatumbo, en los cuales también se incluían los municipios que componen el área metropolitana de Cúcuta, y dos municipalidades del vecino departamento del Cesar (González y Río de Oro).  La decisión del ejecutivo se tomó, luego de los enfrentamientos armados protagonizados entre el ELN, y las Disidencias de las FARC, en su disputa por el control territorial, lo que han causado una crisis humanitaria sin precedentes en los últimos tiempos.

Contrario a lo que muchos preveían, sobre la prorrogación del estado de conmoción, el gobierno nacional decidió levantar la medida, solo ampliando la vigencia de 11 decretos legislativos por 90 días, lo que nos permite deducir que trascurrido los tres primeros meses de crisis, la situación sigue igual, o quizás peor en materia de seguridad en el Catatumbo, por lo que me aventuro a asegurar que el estado de conmoción pasó sin penas ni gloria.

Los enfrentamientos armados entre las estructuras del crimen organizado, están a la orden del día, las amenazas, los asesinatos, el reclutamiento de niños, la utilización de drones cargados con explosivos por parte de los grupos armados con los que atacan a los miembros de la fuerza pública, los cuales han hecho blanco sobre la población civil, son la más clara evidencia, que el decreto de conmoción interior no pasó a hacer otra cosa, que una medida populista para llamar o distraer la atención sobre las diferentes crisis que se vive en varias regiones del país.

La confrontación en la región del Catatumbo no solo se registra a balazos, también el decreto de conmoción interior, ha causado enfrentamientos entre funcionarios del Estado, como los que protagonizaron el señor personero de la ciudad de Ocaña, Jorge Bohórquez, quien cuestionó la efectividad de la medida, recibiendo una acalorada respuesta por parte del ministro del interior, Armando Benedetti, que no tuvo reparo al señalar a “quien diga lo contrario del decreto, es sospechoso de estar ayudando a la insurgencia de este país”.

Las palabras del ministro del interior en contra del personero, desataron una ola de pronunciamientos y rechazos por parte de organizaciones sociales, y defensores de los derechos humanos, a las que se sumaron, la Procuraduría General de la Nación, quien criticó a Benedetti, por sus declaraciones en contra de Jorge Bohórquez.

Mientras continúan la discusión sobre la efectividad del decreto de conmoción interior en el Catatumbo, esta región sigue bajo el control del poder del crimen, los esfuerzos de las fuerzas legítimas del Estado son incipientes, ante el fortalecimiento militar, y económico que ostentan los grupos alzados en armas.

Desde vehículos blindados artesanalmente, la flamante industria de la cocaína, y la presencia de hombres y mujeres fuertemente armados, son el más crudo retrato de un decreto de conmoción que pasó sin penas ni gloria, en una de las regiones que registra un alto índice de violencia en Colombia.

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