Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
A la capital de Boyacá que queda a hora y media de Bogotá, solo se puede llegar por tierra (no hay aeropuerto), pero la doble calzada que las conecta es de primer mundo. El asunto es que Tunja no lo es, los dos extremos de la carretera, el que termina en la capital de Boyacá, es un viaje de regreso en el tiempo, pero no el sentido romántico/turístico de: “una encantadora ciudad colonial detenida en el tiempo”, no, y me explico a continuación.
Es una ciudad de 188.955 habitantes que pregona -con razón- ser la más segura de Colombia, eso es un punto a favor, pero por otro lado tiene los índices de violencia intrafamiliar más altos del país junto con cifras parecidas en consumo de alcohol, obviamente estos dos factores van de la mano.
Le dicen, no sé si de cariño, “la taberna chiquita”, apelativo ganado a pulso. El trago está normalizado dentro de los hogares, los padres inician a sus hijos en el consumo antes de la mayoría de edad, son esas “tradiciones” inculcadas de hace mucho tiempo, y ahí hay un asunto bien complejo con el asunto de los legados o herencias no tangibles, o sea de valores y enseñanzas formativas, como es el de la religión, entiéndase por ello la católica, apostólica y romana.
Pero vamos por partes, Tunja tiene una tradición religiosa de varios siglos encima, lo “bonito” de esto son las iglesias de su centro histórico, son alucinantes en su interior.

Lo no tan bonito, es que esa hiperrreligiosidad, que siendo su orgullo, es a su vez un ancla que le impide entrar en cualquier cosa parecida a la modernidad.
Voy a ser directo con esto porque tuve -para mal o para bien-, una educacion no religiosa. El catolicismo en especial, inserta taras en la cabeza, lo que les aterra o no pueden explicarse, se desentienden de cualquier raciocinio, y se lo dejan “en manos de Dios”.
Es casi una pereza mental inculcada, un reflejo, sin temor a equivocarme en el 90 % de los hogares de la ciudad, tienen una imagen religiosa colgada en la sala, y/o un altar con una biblia gigante en la mitad de ese espacio. En redes sociales (casi solo usan facebook) tienen una virgen o un santo de imagen en el perfil, y cuando pasa cualquier cosa, un accidente de transito, una captura por hurto comentan: Dioz mio protejenos de todo mal y aleja a tunja de eyo (sic).
En cuanto a su economía, el 90 % depende unica y exclusivamente de puestos oficiales (gobernación, Alcaldía y juzgados, muchos juzgados) y las universidades son de calidad, no existen las llamadas “de garaje” y toda la dinámica de empleos directos que se crean (profesores, celadores y mantenimiento en general) y los subempleos que se genera alrededor de estos centros educativos: restaurantes, alquiler de habitaciones para los estudiantes que vienen de municipios, tiendas, bueno y estancos, muchos estancos, son la base de los ingresos para buena parrte de la población
La otra pata de la mesa que sostiene la economia es el comercio, hay desde supermercados de cadena de grandes superficies pasando por comercio mediano hasta las tiendas de barrio, el asunto grave es que Tunja no tiene ni una sola fábrica de nada, la etiqueta made in tunja, no existe, no se produce ni una caja de fosforos o de palillos y eso es terrible para una ciudad capital, por eso en la pandemia el desempleo llegó al 45%, las universidades cerraron y las entidades oficiales funcionaron a media marcha, fue una hecatombe económica de la cual aun no se repone.
Bueno, si hay algo made in tunja, un sitio de amasijos en el centro históricio donde hacen y venden arepas de queso, almojabanas y demás, absolutamente sublimes a razón de dos mil quinientos pesos la unidad (¡¡), en el aeropuerto el dorado cobran 30 mil por la misma almojabana y no quiero ni imaginar cuanto cuesta en Europa.
La ciudad fue fundada el 6 de Agosto de 1539, tiene casi los mismos años que Bogotá, siendo ciudad capital y 486 años después, ¿aún no tiene ni una fábrica? ¿no se aprendió nada de la pandemia? Esta incrustado en su ADN económico ser el centro administrativo y académico del departamento y como que ya fue suficiente, los que no logren conseguir trabajo en esas dos areas…pues bien puedan susmercedes, Bogotá queda a hora y media.


Hoy día esto le está cobrando factura a la ciudad, por ejemplo la educacion superior a distancia está tomando fuerza, las familias en los municipios prefieren ahora obviamente, tener “al chino” tomando clases virtuales y ayudando en la casa, así se ahorran pagarles manutencion, vivienda y etc en Tunja. Se les está cayendo un renglón importante de su economía, vamos a ver si reaccionan.
Es la ciudad con más abogados, tinterillos, patinadores y cagatintas por metro cuadrado en el país, hay un pasaje en un costado de la plaza de Bolivar llamado el pasaje Vargas, lleno de cafetines donde estos conocedores de las leyes y sus vericuetos, toman tinto todo el día mientras “arreglan el país”, cuando no estan en juzgados.


Los recién graduados de tan prestigiosas universidades, la ciudad solo les da la opción de conseguir trabajo (palanqueado) en alguna entidad pública, o irse a Bogotá a buscar puesto, -obviamente escogen a la capital del país- y eso se llama fuga de cerebros, no hay oferta de empleo en una ciudad universitaria. El retorno de conocimiento de un estudiante al mercado laboral no está, y obvio, la ley de primer empleo le toca buscarla en la capital del país.


El llamado sector cultural si no fuera por el Festival Internacional de la Cultura (FIC), en noviembre, queda reducido a una mínima expresión, en ese mes además de conciertos donde traen desde Pipe Bueno y de Rock a Robi Draco en los aguinaldos, hay también eventos paralelos interesantes (exposiciones, talleres etc). Pero se baja el telón del FIC, y pasa igual que el circuito rockero en Bogotá por allá hace 25 años cuando se acababa Rock al Parque: Artistas, músicos, pintores etc, a mirar cómo se las arreglan para vivir de otra cosa.
Hay una Secretaria de Cultura que saca convocatorias, pero con unos tiempos limites ridículos para la entrega de propuestas, y con unos aún más ridículos incentivos monetarios para llevar a cabo proyectos.
Y la UPTC tiene una escuela superior de artes, pero en su página web ofrece básicamente…manualidades.
Lo grave de todo esto es que para una buena parte de tunjanos(as) mayores de 40, muy católicos ellos, la “cultura” la siguen viendo o comprendiendo como algo para ir a ver gratis a la plaza de Bolívar, o sea, un payaso en zancos echando chistes verdes al que se le arrojan unas monedas a un sombrero. Cualquier otra propuesta que implique un poco de comprensión o sensibilidad hacia algo, lo etiquetan de una como “de mariguaneros y geis” (sic).
¿Cinematecas? Ninguna, los cines de los 2 centros comerciales con salas exhibiendo blockbusteres gringos todo el año, y pare de contar.
Hay algunas salas de teatro decentes en su infraestructura, pero casi siempre se presenta Daniel Samper Ospina, Don Jediondo o algún estandupero. Artes escénicas, francamente no sé.
Todo lo anterior lo planteo como un panorama general de la ciudad (faltaron cosas, sí) para, en una próxima entrega tratar de explicar -y explicarme a mí también- porque hay más suicidios que atracos en Tunja, una problemática gravísima que necesita ser visibilizada de urgencia por el resto del país. Claro está, si ustedes amables lectores, me lo permiten.
*Reportería gráfica y fotos: Mateo Duarte del Castillo.

-.
(function(d, s, id) {
var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0];
if (d.getElementById(id)) return;
js = d.createElement(s); js.id = id;
js.src = «//connect.facebook.net/en_GB/all.js#xfbml=1»;
fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs);
}(document, ‘script’, ‘facebook-jssdk’));
!function(f,b,e,v,n,t,s)
{if(f.fbq)return;n=f.fbq=function(){n.callMethod?
n.callMethod.apply(n,arguments):n.queue.push(arguments)};
if(!f._fbq)f._fbq=n;n.push=n;n.loaded=!0;n.version=’2.0′;
n.queue=[];t=b.createElement(e);t.async=!0;
t.src=v;s=b.getElementsByTagName(e)[0];
s.parentNode.insertBefore(t,s)}(window, document,’script’,
‘https://connect.facebook.net/en_US/fbevents.js’);
fbq(‘init’, ‘446647882874276’);
fbq(‘track’, ‘PageView’);