Muchos de los que recibieron la tierra con la Reforma Agraria de Petro, sufrieron la crueldad que el israelí enseñó en la Hacienda La Fe, que hoy les pertenece
A José Gonzalo Rodríguez Gacha, conocido como El Mexicano, lo asesinaron, tan violentamente como vivió, el 15 de junio de 1989. Entre una de las muchas fincas que tuvo José Gonzalo Rodríguez Gacha, El Mexicano, una de las que le producía especial interés era la Hacienda la Fe en el Magdalena Medio. Con vocación ganadera tenía una extensión de 350 hectáreas, localizada en un lugar estratégico para moverse por carretera y con protección propia hacia los distintos lugares donde tenía sus propiedades. El capo de que inició su fortuna traficando en Pacho Cundinamarca, convirtió la finca La Fe en un excéntrico centro de operaciones alrededor de la lujosa mansión donde selló su alianza con Pablo Escobar que los hizo los mandamases del Cartel de Medellín. En su Hacienda guardaba caletas, guacas y un tesoro de esmeraldas y lingotes de oro.
Nadie imaginaría entonces en manos de quienes terminaría su querida hacienda La Fe. Era su lugar de recreo donde hacía a la vez de esposo devoto con Gladys Álvarez Pimentel mientras en las parrandas donde mezclaba tequila y ron planeaba envió de toneladas de cocaína a Estados Unidos. Pero fue esa hacienda donde Rodríguez Gacha formó su propio ejército de hombres cuando guerrilleros de las FARC le robaron 10 millones de pesos con los que iba a comprar hoja de coca para su laboratorio.
Su ejército se unió a las autodefensas sembrando el terror en el Magdalena Medio, la zona donde Rodríguez Gacha se movía como pez en el agua. El Mexicano ordenaba asesinar campesinos que él consideraba aliados de la guerrilla y una vez muertos, dejaban al lado de sus cuerpos el letrero “Muerto por comunista”. El narco le declaró así la guerra a la izquierda y al comunismo en Colombia, y en 1987 una de sus primeras fue el exterminio de la Unión Patriótica, dando la orden de asesinar a Jaime Pardo Leal, presidente de la UP y quien había sido candidato presidencial en las presidenciales de 1986.

l Le podría interesar: Así vivía Tupac Amarú, el caballo de Gacha
En un intento por fortalecer a su ejército y darle la estocada final a las Farc, Rodríguez Gacha tomó la decisión junto a su hombre de confianza Henry de Jesús Pérez, un paramilitar que fue clave en el plan para asesinar a Luis Carlos Galán Sarmiento en la plaza central de Soacha el 18 de agosto de 1989 y quien mandaba a siete mil hombres contratados por el narco en el Magdalena Medio, mandar a traer del exterior a los mejores entrenadores e instructores para que reforzara el entrenamiento de sus hombres y preparar a nuevos miembros que habían sido reclutados de las Fuerzas Militares incluyendo patrulleros y escoltas.
Le recomendamos: El oscuro ganadero, amigo de Jorge 40, que se niega a soltar la finca que Petro les entregó a campesinos
Para evitar levantar sospechas, Rodríguez Gacha contrató a cinco israelís a los que ingresó a Colombia clandestinamente por el Puerto de Cartagena el 31 de diciembre de 1988, una fecha donde nadie se percató de la presencia de los extranjeros. Al mando del grupo de experimentados pistoleros estaba un ex oficial del Ejército Israelí: Yair Klein quien venía como instructor.
Tras un tedioso proceso de selección, cincuenta de los más fríos y certeros gatilleros fueron los escogidos para recibir el curso: veinte del ejército de Rodríguez Gacha, veinte señalados por Henry Pérez, cinco de la gente de confianza de Víctor Carranza y los últimos cinco fueron enviados por el propio Pablo Escobar.
Los entrenamientos fueron a sol, viento y agua extendiéndose por 45 días. Rodríguez Gacha quien estaba emocionado viendo su proyecto materializado, supervisaba él personalmente los fuertes entrenamientos. Cuando los israelís terminaron de dictar el curso, Rodríguez Gacha fue el único narco que asistió a la discreta graduación de los cincuenta gatilleros con el instructor Klein que le puso una primera tarea: atacar campamentos de las Farc en el municipio de La Uribe en el Meta.


Su nombre era Yair Klein y había sido militar del Ejército de Israel. Cuando se retiró, se abrió camino en el submundo de los mercenarios debido a sus hazañas como la de 1972 cuando participó en el rescate de rehenes de un avión libio en el Aeropuerto de Lod en Tel Aviv, una operación que duró sólo ocho segundos. Empezó a ganar fama alrededor del mundo, peleó por diamantes en Zimbawe y luchó con las guerrillas en Honduras y Nicaragua.
Este historial dejó estupefacto a Rodríguez Gacha quien le pidió a Yair Klein quedarse en Colombia para seguir entrenando a los mejores de los reclutados en el país para disparar por dinero, entre ellos a campesinos que se armaban contra las Farc y los jóvenes sicarios de Pablo Escobar a quienes enseñó a activar carros bomba, tácticas desconocidas para ellos que, para ese entonces, solo sabían cómo apretar el gatillo.
l Lea también: La finca que les entregó Gustavo Petro a 200 campesinos que resultó ser un nido de paramilitares
Yair Klein empezó a hacerse un nombre en Colombia. No solo lo aclamaban los narcos como Rodríguez Gacha o paramilitares como Carlos y Fidel Castaño que le pidieron ayudarlos a crear una fuerza especial para acabar con los guerrilleros y de paso quedarse con buena parte de las tierras de los campesinos de la zona, a los que los hermanos Castaño consideraban herejes y colaboradores de las Farc.
Yair Klein también fue aclamado por miembros del DAS y de la Asociación Campesina de Ganaderos y Agricultores del Magdalena Medio (ACDEGAM) que había sido fundada en 1980 logrando inclusive la personería jurídica en el Gobierno de Julio César Turbay. La Asociación se creó para canalizar dineros de ganaderos y terratenientes sobrepasados por la guerrilla.
Pero el viaje de Yair Klein que se había extendido en Colombia terminó en 1989, poco tiempo después del asesinato de Luis Carlos Galán, tuvo que salir corriendo por el Amazonas brasilero. Hoy envejece en Tel Aviv desde donde concedió una entrevista cuando fue solicitado para comparecer en el Tribunal de justicia y paz que juzgaba a los paramilitares
En Colombia Yair Klein fue condenado a 10 años de cárcel en ausencia. En el año 2020 se expidió una orden de extradición en pleno gobierno de Iván Duque pero fue bloqueada por el propio gobierno de Israel que lo protege y no permitió que fuera juzgado en Colombia por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El perdón que ha pedido Klein ha sonado siempre a palabras huecas, sin demasiada convicción.
El destino impensable de la Hacienda La Fe
El pasado 3 de junio, Felipe Harman, Director de la Agencia Nacional de Restitución de Tierras desempolvó la historia de Yair Klein, Rodríguez Gacha y la Hacienda La Fe. Se presentó con campesinos del Magdalena Medio, muchos ´provenientes de 62 familias que padecieron la crueldad de quienes aprendieron a torturar y matar en los entrenamientos de Klein a los paramilitares En la Hacienda La Fe. Estas 62 familias campesinas, víctimas de Klein, se organizaron en tres asociaciones y cambiando así el rumbo de estas tierras donde estas familias iniciaran su proyecto productivo borrando la huella de Yair Klein quien hoy tiene 82 años y vive retirado en Jaffa, cerca de Tel Aviv.



-.
(function(d, s, id) {
var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0];
if (d.getElementById(id)) return;
js = d.createElement(s); js.id = id;
js.src = «//connect.facebook.net/en_GB/all.js#xfbml=1»;
fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs);
}(document, ‘script’, ‘facebook-jssdk’));
!function(f,b,e,v,n,t,s)
{if(f.fbq)return;n=f.fbq=function(){n.callMethod?
n.callMethod.apply(n,arguments):n.queue.push(arguments)};
if(!f._fbq)f._fbq=n;n.push=n;n.loaded=!0;n.version=’2.0′;
n.queue=[];t=b.createElement(e);t.async=!0;
t.src=v;s=b.getElementsByTagName(e)[0];
s.parentNode.insertBefore(t,s)}(window, document,’script’,
‘https://connect.facebook.net/en_US/fbevents.js’);
fbq(‘init’, ‘446647882874276’);
fbq(‘track’, ‘PageView’);