Los planes del gobernador Yamil Arana contemplan una inversión superior a los $400 mil millones en agua y vías más el diseño de la Universidad Montemariana
En el corazón del Caribe colombiano, los Montes de María han sido históricamente una región olvidada, marcada por el conflicto, la pobreza y la desconexión. Pero en menos de un año de gobierno, Yamil Arana Padauí ha convertido esa realidad en un objetivo claro: transformar estructuralmente la vida de sus habitantes con obras que trasciendan lo simbólico y aterricen en soluciones concretas.
Desde su primer mes de mandato, el mandatario puso el foco en lo más esencial: el agua. En poblaciones como El Playón y Santo Domingo de Mesa, donde nunca había llegado una gota por red, se iniciaron trabajos de conexión y expansión del sistema de acueducto. Además, se comenzaron perforaciones de pozos profundos en varias veredas de la Alta Montaña, una apuesta por garantizar el mínimo vital a familias que durante años vivieron con tanques vacíos y promesas incumplidas. En total, los proyectos de agua potable para Bolívar superan los 400 mil millones de pesos, con fuerte presencia en los Montes de María.
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El otro frente, igual de urgente, ha sido la infraestructura vial. La Transversal de los Montes de María —arteria clave para conectar el centro con la costa— por fin recibió una inversión significativa. A esto se sumó un plan masivo de mejoramiento de vías terciarias mediante maquinaria amarilla, que ha permitido rehabilitar caminos rurales y garantizar que los productos del campo puedan salir con mayor facilidad hacia los mercados.

La educación será otro foco
Pero el desarrollo no se detiene en lo básico. Yamil Arana ha apostado por un proyecto ambicioso: la Universidad Montemariana. El campus se construirá en El Carmen de Bolívar, con instalaciones modernas, aulas digitales, laboratorios de inteligencia artificial y programas enfocados en agroindustria, turismo y tecnología. La idea no es solo acercar la educación superior a los jóvenes de la región, sino convertirla en un motor de investigación, empleo y arraigo para una zona que históricamente ha visto a sus talentos migrar por falta de oportunidades.
En paralelo, el departamento ha inaugurado siete megacolegios con laboratorios, bibliotecas y espacios deportivos. Son centros educativos diseñados para reemplazar escuelas en ruinas y dotar a los niños de herramientas para competir en un mundo moderno. En total, se proyectan 20 instituciones con infraestructura nueva y dotación completa en esta primera etapa del plan.
Enfoque integral
La salud también entró en el radar. Se reactivaron puestos de atención médica en zonas rurales y se fortalecieron los servicios en cabeceras municipales. Las brigadas móviles, los equipos de atención primaria y la dotación de ambulancias buscan llevar atención donde antes solo llegaba el abandono.
En deporte y cultura, la Gobernación de Bolívar entregó canchas, implementos deportivos y apoyó campeonatos regionales, fortaleciendo el tejido social desde la base. Al mismo tiempo, se institucionalizaron festivales de memoria y reconciliación, dándole un lugar de dignidad a las víctimas del conflicto.
Para llegar más a las comunidades, el gobernador Arana instauró mesas de concertación con líderes sociales y visitas mensuales a dos veredas históricamente excluidas para que los ciudadanos se sientan parte del proceso, y que las decisiones no se tomen desde Cartagena, sino en diálogo directo con quienes conocen mejor sus necesidades.
En su discurso, el gobernador insiste en que el desarrollo no puede ser solo cemento ni cifras, sino que debe traducirse en esperanza. Y en los Montes de María —donde alguna vez reinó el miedo— hoy florecen centros educativos, se conectan veredas, se abren pozos y se construye universidad. Es una apuesta que, si se cumple a cabalidad, podría marcar un antes y un después para una región que llevaba décadas esperando algo más que promesas.

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