Pedro Sánchez, el general que pasó de la autoridad militar a la sumisión política

El desencanto por el general Sánchez crece: pasó de líder militar respetado a ministro sometido, perdiendo dignidad frente a un gobierno autoritario

Inicio señalando dos cosas importantes. Primero, aunque es de público conocimiento que el feliz rescate de los niños indígenas perdidos en la selva a mediados de 2023 fue, en buena medida y sin menospreciar la Operación Esperanza de nuestro glorioso Ejército Nacional, consecuencia de la labor de los propios indígenas, la felicidad y admiración que sentí por mi general Sánchez como líder y comandante de la misma fueron inmensas.

Revivió y desbordó el orgullo que tuve y siempre tendré de haber servido a mi patria, en cumplimiento de mi servicio militar, en la base de Tolemaida. Segundo, tal vez pecando de ingenuo, me alegré mucho también cuando me enteré de que, después de décadas, el Ministerio de Defensa volvería a ser dirigido por un militar de carrera.

Hoy debo confesar que mi desencanto y desilusión han sido grandes y siguen creciendo. Es cierto que, por nuestra formación militar, en general no cuestionamos las órdenes de nuestros superiores y, al contrario, las respetamos y cumplimos. Pero todo tiene un límite, especialmente cuando la dignidad, los valores y los principios están en juego. Además que mi general Sánchez ya está retirado y asumió su cargo en calidad de civil.

Lo que yo hoy veo y siento no es al otrora mayor general, Comandante de la FAC, hombre íntegro, valiente y firme, sino más bien, y con todo el respeto que mi General me merece, a un “títere” más de su jefe, el actual Presidente de la República.

Solo pongo dos cortos ejemplos. Primero, no logro entender cómo ha permitido que, en búsqueda de una dizque “paz total”, a todas luces fracasada, acepte que se menosprecie a nuestro glorioso Ejército Nacional, dejando que se le limite, más allá de toda racionalidad y rayando en la inconstitucionalidad, su actuación en defensa del pueblo colombiano y, en especial, de la población civil y los niños.

Segundo, aún peor que lo anterior, es imposible entender dónde dejó su dignidad al permitir en Medellín que lo pusieran al lado y le sacaran fotos en la misma tarima, junto a 9 asesinos criminales. El otrora mayor general Sánchez que yo conocí en la FAC, se hubiera retirado inmediatamente de la misma. ¡No quiero ni pensar que no lo hizo por miedo!

Pues, justamente lo que me motivó a escribir esta nota fue verlo hoy 25 de junio de 2025, en un noticiero nacional, dar golpes en la mesa, acalorarse y ponerse furioso con el entrevistador, porque se le cuestionó el hecho de tener a nuestros gloriosos Ejército y Policía Nacional atados de manos.

Pero casi al mismo tiempo, al mejor estilo cínicamente petrista y sin golpes ni alborotos, lavarse las manos con el episodio de aquellos delincuentes en Medellín diciendo, ahí sí serenamente, que eso no lo decidía el Ministerio que él representa. Hágame el favor. ¿Dónde quedan las familias de nuestros soldados y policías asesinados a las que, según él mismo afirmó en dicha entrevista, les entregó la bandera? Por lo visto, además del cinismo, se le está pegando otra de las “grandes” cualidades del actual gobierno, la (in)coherencia. ¿Dónde queda en últimas la dignidad?

Y una pregunta de ñapa al señor Ministro: ¿por qué, a sabiendas de que era totalmente inconstitucional, firmó (como la mayoría de los borregos petristas) el decreto 639 de 2025 convocando a una ilegal Consulta Popular? ¿Miedo también a que lo botaran del trabajo como amenazó su autoritario y dictatorial jefe? Definitivamente, no queda ni sombra del Mayor General, Comandante de la FAC, que yo recordaba.

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