Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Un estudio terminado a finales de 2020, encontró que “un niño sobrevalorado por sus padres será probablemente un joven narciso que tendrá dificultades para funcionar en sociedad.” Esto lo dice el Dr. Brad Bushman, Doctor en psicología social de la Universidad de Ohio, al concluir una investigación científica longitudinal de dos años. De acuerdo con estos hallazgos, es claro que el niño que es aplaudido y alabado de manera constante termina por creer que él es el más inteligente, eficiente, brillante, bello, etc. Además, sentirá que nunca deberá esforzarse por hacer mejor las cosas, jamás querrá progresar, ni corregirse pues está plenamente convencido (gracias a sus padres), que es el mejor de todos.
Es importante entonces que los padres reflexionen sobre esto, para que puedan elogiar esfuerzos, corregir errores y acompañar a los hijos en los momentos difíciles y celebrar los triunfos que obtengan, se necesita que los padres tengan claro que su mensaje de amor debe ser incondicional y no debe ir condicionado a los triunfos y éxitos de su hijo. Es mejor decirle a los hijos “Los quiero mucho” y no “ Ustedes son los mejores,” para que así aprendan a valorar las diferentes cualidades de las personas.
Volviendo al estudio antes mencionado, se muestra que criar con solo alabanzas y aplausos es arriesgado pues puede llevar a un narcisismo peligroso. Los niños narcisistas se sienten superiores a sus compañeros y creen que merecen todos los privilegios y su meta es ser admirados. Si esto no sucede, y el niño narciso es rechazado o humillado, lo lleva a tener respuestas de violencia y agresión desproporcionadas. El niño narciso ataca con todo cuando se siente amenazado; se cree que ahí puede estar el origen de tanta agresión e intolerancia en nuestros niños de hoy. El aumento claro del Bullying es un ejemplo de intolerancia, impaciencia y violencia al no conseguir la atención a la que vienen acostumbrados estos niños protagonistas.
Estos niños crecen y sufren mucho cuando se dan cuenta de que no pueden cumplir con las expectativas tan altas que tenían sus padres sobre ellos
Esta generación de padres tiene una tendencia marcada a sobrevalorar a los hijos, dándoles así un mensaje equivocado de la realidad. Estos niños crecen y sufren mucho cuando se dan cuenta de que no pueden cumplir con las expectativas tan altas que tenían sus padres sobre ellos. Quieren complacer a los padres, pero al ser sobrevalorados toda la vida, no manejan la frustración y se sienten injustamente exigidos por los padres. En el fondo, la sobrevaloración lleva un amor condicional “te quiero cuando haces las cosas bien”, “debes ser el mejor para merecer mi amor”. Este es el mensaje que reciben los niños de un amor condicional y se convierte en una carga pesada para cualquiera y aún más para un niño criado para ser “el mejor.” Tarde o temprano la realidad se impone y contradice esta creencia.
Los niños narcisos criados para ser casi perfectos, no logran obtener las mejores notas y ni siquiera les va mejor en la vida que a sus compañeros criados de una manera equilibrada.
Este estudio y otras investigaciones más, comprueban que a veces los padres llegan a extremos peligrosos en la crianza de sus hijos. La sobrevaloración paternal, la sobregratificación y el amor condicionado a los logros, llevan a tener hijos frustrados con problemas de autoestima o de narcisismo, y sobre todo con mucha dificultad para manejar la realidad y ser independientes. Son más felices entonces los niños criados con mensajes de amor incondicional, con mentalidad abierta, donde habrá puesto para los errores, donde se elogien los esfuerzos y se trabajen las debilidades, y sobre todo donde el niño nunca será sobre protegido, ni sobre estimulado, ni sobrevalorado. En este momento histórico es fácil caer en algún extremo ya que el mundo está muy competido y va a gran velocidad. Generalmente se tienen uno o dos hijos y unos padres intensos pueden fácilmente caer en la trampa de que sus hijos solo puedan ser “los mejores.” Sin embargo, este camino los llevará a una vida difícil tanto para ellos como para los padres. El equilibrio en la crianza de los hijos es fundamental. Hoy más que nunca, esto es cierto.
-.
Anuncios.
Anuncios.
(function(d, s, id) {
var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0];
if (d.getElementById(id)) return;
js = d.createElement(s); js.id = id;
js.src = «//connect.facebook.net/en_GB/all.js#xfbml=1»;
fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs);
}(document, ‘script’, ‘facebook-jssdk’));
!function(f,b,e,v,n,t,s)
{if(f.fbq)return;n=f.fbq=function(){n.callMethod?
n.callMethod.apply(n,arguments):n.queue.push(arguments)};
if(!f._fbq)f._fbq=n;n.push=n;n.loaded=!0;n.version=’2.0′;
n.queue=[];t=b.createElement(e);t.async=!0;
t.src=v;s=b.getElementsByTagName(e)[0];
s.parentNode.insertBefore(t,s)}(window, document,’script’,
‘https://connect.facebook.net/en_US/fbevents.js’);
fbq(‘init’, ‘446647882874276’);
fbq(‘track’, ‘PageView’);