Desde hace más de tres décadas, buena parte del mapa vial de Colombia empezó a ser dibujado no solo por ingenieros, sino también por grupos empresariales privados que vieron en las concesiones un negocio de largo aliento. A comienzos de los años 90, bajo el gobierno de César Gaviria, el país dio un giro hacia la privatización de su infraestructura. El Estado cedió el control de varias rutas clave a manos privadas con la promesa de que, a cambio de construir, mejorar y mantener las vías, podrían operar peajes durante décadas para recuperar su inversión. Así nacieron las grandes concesiones viales que hoy cruzan Colombia de punta a punta.
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En ese esquema, el Instituto Nacional de Vías (Invías) funciona como un facilitador. A través de contratos de concesión, entrega a privados el manejo de proyectos que pueden extenderse hasta por 25 años después de finalizadas las obras. La fórmula ha servido para conectar regiones apartadas y dinamizar la economía, pero también ha dejado en manos privadas una de las fuentes de recaudo más importantes: los peajes. De los 168 que existen hoy en el país, menos del 15 % son administrados directamente por entidades públicas.
Detrás de este sistema hay nombres propios. Familias, grupos empresariales y consorcios que han tejido su fortuna a partir de asfalto, concreto y kilómetros de carretera. Estos son los ocho grandes jugadores de la infraestructura vial colombiana:
1. El imperio de Luis Carlos Sarmiento Angulo
El banquero más poderoso de Colombia no solo domina el sector financiero. Desde los inicios del modelo de concesiones, Luis Carlos Sarmiento se posicionó como protagonista a través de su brazo financiero, Corficolombiana, y otras filiales como Episol, Concecol y Coviandina. Su grupo tiene participación en al menos nueve concesiones estratégicas, muchas de ellas en zonas de alto tráfico vehicular.
Sarmiento Angulo está detrás de autopistas como Bogotá-Villavicencio, la vía Buga-La Paila y varias rutas del programa 4G, entre ellas la Conexión Pacífico 1, Villavicencio-Yopal y la cuestionada Ruta del Sol II, donde compartió sociedad con Odebrecht. A través de estas vías, también opera cuatro de los diez peajes más costosos del país.
2. Mario Huertas Cotes: el constructor silencioso
Desde hace décadas, Mario Huertas ha sido un nombre recurrente en las grandes obras del país. Su empresa MHC, con raíces familiares que datan de los años 70, domina hoy tres importantes concesiones 4G: Girardot-Honda-Puerto Salgar, Conexión Pacífico 3 y la autopista Cartagena-Barranquilla.
Huertas también ha tenido participación en megaproyectos en Bogotá y Antioquia. Aunque no figura tanto en los medios, su influencia en la red vial es innegable: sus obras están entre las más extensas y rentables del país.
3. La dinastía Correa y su sello antioqueño
Construcciones El Cóndor nació en los años 80 de la mano del ingeniero José Jairo Correa. Desde hace más de dos décadas, su hija Luz María lidera la empresa, que hoy es protagonista de la conectividad en el norte y occidente del país.
El Cóndor es responsable de obras en La Guajira, Cesar, Antioquia, Bolívar y el Eje Cafetero. Además, fue uno de los socios fundadores de Odinsa, una de las primeras empresas colombianas que le disputó el mercado a las grandes constructoras extranjeras.
4. Thomas Greg & Sons: tecnología y peajes
Aunque su origen está en la impresión de papeles de valor, la firma Thomas Greg & Sons encontró en los peajes una nueva veta de negocios. Hoy opera, a través del consorcio Vipsa2016, cerca de 20 estaciones de peaje en todo el país.
Su entrada al sector vial no fue por la construcción, sino por la tecnología. Desde los años 90, ha brindado servicios de recaudo y control de tráfico en decenas de corredores. Su poder radica en la infraestructura tecnológica que ha instalado en las vías y en la red de consorcios que opera.
5. KMA Construcciones: la fuerza de los Menzel Amín
Desde Cartagena, la familia Menzel Amín ha construido una sólida reputación en el sector vial. Su empresa, KMA Construcciones, ha participado en proyectos emblemáticos como Ruta Caribe, Autopistas del Sol y Autopistas de la Sabana. También lidera obras de gran impacto en Bolívar, Córdoba y Sucre, como el Puente de Barú, la Transversal del Sisga y la Quinta Avenida de Manga.
Además de construir, KMA también es operador de peajes, lo que le ha permitido mantenerse como uno de los jugadores más rentables del sector.
6. Grupo Colpatria: de la banca a las vías
La familia Pacheco Devia, dueña del Grupo Colpatria, extendió su huella más allá del sector financiero. A través de su brazo constructor, ha participado en obras clave como la vía Bucaramanga-Barrancabermeja-Yondó, Cartagena-Barranquilla y la Circunvalar de la Prosperidad en Atlántico.
El holding tiene presencia en banca, seguros, pensiones y construcción. Aunque no es un constructor puro, su influencia en la infraestructura colombiana ha sido creciente en la última década.
7. Conconcreto: el último en llegar, pero con fuerza
La empresa antioqueña Conconcreto, fundada por los hermanos Aristizábal, fue la última de las grandes constructoras en entrar al mundo de las concesiones. Su apuesta empezó fuerte en 2016, con participación en la ampliación de la doble calzada Bogotá-Girardot.
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Desde entonces, ha sumado participación en la Ruta del Sol I, Buga-Buenaventura y en la red vial del oriente de Medellín. Cotiza en la Bolsa de Valores y su músculo financiero le ha permitido competir en igualdad de condiciones con grupos con más trayectoria en el negocio.
8. Carlos Alberto Solarte: maquinaria, poder y controversia
El ingeniero nariñense Carlos Alberto Solarte, fundador del grupo CAS, ha sido una figura clave en la infraestructura nacional. Su empresa cuenta con uno de los mayores parques de maquinaria del país y ha ejecutado proyectos en Nariño, Valle del Cauca, Huila, Santander y Boyacá.
Entre sus concesiones destacan la Briceño-Tunja-Sogamoso, Santana-Mocoa-Neiva, Popayán-Santander de Quilichao y Bucaramanga-Pamplona. También tuvo participación en la Ruta del Sol I y II. Aunque ha enfrentado pugnas familiares por el control de la empresa, su influencia en el sector sigue intacta.
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