Conocido como el municipio verde de Colombia, este lugar se levanta como uno de los destinos más hermosos que tiene este departamento
El Eje Cafetero está repleto de destinos mágicos y realmente imponentes, los cuales se han convertido en los favoritos de locales y extranjeros. Aunque no todos los lugares de este territorio son tan concurridos, eso no significa que sean menos sorprendentes. Este es el caso de un hermoso pueblito del Eje Cafetero, que ha sido reconocido como uno de los más bellos del departamento. Se trata de un lugar que, curiosamente, tiene un nombre similar al de una ciudad francesa. Le contamos más sobre Marsella y todo lo que tiene para ofrecer a sus visitantes.
Los encantos de Marsella, el encantador pueblito del Eje Cafetero
Este destino tiene un apodo inusual: el ‘municipio verde de Colombia’, y no lo consiguió por casualidad. Este título le fue otorgado gracias a la conciencia ecológica de sus habitantes, impulsada por una fuerte escasez de agua que se vivió en los años 70. Sin embargo, la naturaleza que rodea Marsella es, sin duda, uno de sus grandes atractivos.
Para llegar a este destino, se deben recorrer unos 30 kilómetros al norte de Pereira, capital de Risaralda. No será un viaje muy largo: en menos de una hora se estará allí. Al llegar, se podrá disfrutar de la maravillosa arquitectura de este pintoresco municipio, que se ha conservado con el paso de los años. Es un lugar lleno de colores y gente encantadora, siempre dispuesta a recibir a sus visitantes con los brazos abiertos.
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Tal es su belleza, que Marsella ha sido reconocida por Fontur como uno de los «Pueblos que enamoran», y con justa causa. Se puede recorrer su plaza principal, admirar los balcones tradicionales y visitar su cementerio, considerado una joya arquitectónica. Otro punto imperdible es la Casa de la Cultura, aunque quienes busquen una conexión más directa con el entorno natural pueden disfrutar del jardín botánico de Marsella.
Como siempre, vale la pena destacar la gastronomía local. Aquí se puede comer en una auténtica fonda paisa y disfrutar de un plato típico de la región. Y claro, no puede faltar una taza de café de origen local, que hace aún más única la experiencia de visitar este rincón del Eje Cafetero.
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