Ahora se promociona la construcción del canal interoceánico Turbo-Cupica. Por qué será que cuando un gobierno está en dificultades apela a este tema.
Comienza el año en medio de la mayor accidentalidad en carreteras de que se tenga noticia y con la tragicomedia del incremento de los peajes, que nunca supuso ninguna discusión a nivel de los concesionarios y contratistas y, hay que decirlo, tampoco a nivel de los usuarios que tenían perfectamente interiorizados los naturales incrementos de estos por inflación.
Pero con el gobierno del cambio todo esto cambió y para muy mal. Como se recordará, desde la época del ministro Reyes, se tomó la nefasta e ilegal decisión de impedir el incremento de los peajes bajo el supuesto de que ello impactaría las metas de inflación proyectadas por el Gobierno. Tal premisa no podría ser más falsa, como ha quedado demostrado, pero sí tuvo gravísimos efectos para el país por el incumplimiento de los contratos, por la ruptura de la confianza inversionista, por las altísimas compensaciones que habrá que pagar, además de las sanciones, multas e intereses que, seguramente, también recaerán sobre el presupuesto nacional.
No es un secreto que Petro detesta el programa de concesiones viales. No desaprovecha ocasión para decir que quedó mal estructurado y que aprobó peajes exorbitantes en favor de los empresarios privados. Sin embargo, cada vez que quieren ‘sacar pecho’ y mostrar algo de ejecución, sacan a relucir que han hecho avanzar dicho programa.
Pero lo que sí hicieron fue congelar por decreto en enero de 2023 las tarifas de peaje durante casi dos años. Esta pésima decisión ocasionó que hoy se hayan juntado los incrementos de peajes del 4,64 % (2023) y del 5,2 % (2024) y, en algunos casos, los incrementos pactados por terminación de la etapa de construcción de los proyectos, además de los incrementos del valor de los combustibles, para el caso del transporte de carga.
Sea la oportunidad para recordar que hay dos tipos de incremento de peajes. Los anuales, que se deben autorizar con base en el IPC para todas las vías, y unos segundos, cuando las concesiones terminan las obras. Estos últimos fueron objeto de la reciente negociación, pero sobre ellos hay que advertir que a los concesionarios poco les importa, pues todos los pagos futuros generan intereses. Lo grave es el origen de esos fondos que, en vez de provenir del pago de los que utilizan las vías, ahora tendrán que salir de los bolsillos de todos, o sea del presupuesto nacional y de los fondos de contingencia de estos contratos que ya se están agotando.
El tan promocionado acuerdo con los 6 concesionarios que deja por fuera a 14 peajes más es una costosa forma de atajar un paro camionero que, al contrario de lo anunciado, solo congela por 6 meses los incrementos contractuales de peajes, pero sí permite los correspondientes al IPC, que serán aproximadamente del 10 % entre enero y julio de 2025 y que nadie del Gobierno ha aclarado que tendrán que seguir siendo compensados como se ha dicho. Vaya acuerdo: además de mentiroso, costoso.
Toda está insensatez e improvisación le costará al país, tan solo en compensaciones, una cifra superior a los 1,5 billones de pesos. Este riesgo se le había advertido al Gobierno desde 2023 sin que hicieran nada para solucionarlo. Ahora tratan de apagar un incendio que ellos mismos se encargaron de atizar. Y por fin el doctor Caicedo sale a reclamar las deudas del Invías por más de un billón de pesos en mora a los pequeños y medianos contratistas. Lo sabían desde su flamante congreso de noviembre, pero nada dijeron.
Y cómo no hacer referencia al aplazamiento de la adjudicación del corredor férreo La Dorada- Chiriguaná por valor de 3,3 billones. El cierre de la licitación ya ha tenido 3 prórrogas, y ahora dicen que se hará el 22 de enero. Creo que no tenían ni una sola oferta y difícilmente la tendrán, a no ser que sea alguna firma china que están intentando engatusar a las carreras. Y si esto ocurre en el corredor central, ¿qué podemos esperar del anuncio de los 80 billones que se invertirán en todo el programa férreo del gobierno del cambio? Y más aún cuando están considerando aplazar el pago de las vigencias futuras de las obras ya construidas. Tamaña locura.
Y para cerrar la tragedia de la infraestructura, ahora se promociona nuevamente la construcción del canal interoceánico Turbo-Cupica. Por qué será que cada vez que un gobierno está en dificultades apela a este tema. Pero el canal de Petro no llega solo. Habrá que construirlo en paralelo con el tren bala de La Guajira y con el tren eléctrico elevado Buenaventura-Barranquilla.
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