El 29 de diciembre de 2024, Colombia se estremeció con una noticia desgarradora: una familia pastoral fue masacrada a sangre fría en el municipio de Aguachica, en el sur del Cesar.
Marlon Yamith Lora, su esposa Yurlay Rincón y sus hijos, Ángela Mariana y Santiago, fueron atacados a tiros por sicarios mientras esperaban su almuerzo en un restaurante de la localidad. Ese día el único que había sobrevivido fue Santiago, quien luego falleció la noche del 31 de diciembre en una clínica de la localidad.
El crimen, perpetrado con precisión y frialdad, ha generado una ola de indignación y un clamor nacional por justicia, pero lamentablemente ya se cumplió un mes y hasta ahora no se sabe nada. El misterio y la incertidumbre rodean el caso.
SACUDIÓ LA FE DE UN PUEBLO
La familia Lora Rincón era ampliamente conocida en la comunidad por su compromiso con la fe y el servicio. Desde la iglesia Príncipe de Paz, que dirigían desde 2016, dedicaron su vida a la ayuda espiritual y social. La noticia de su asesinato dejó perplejos a los habitantes de Aguachica, quienes los recordaban como un pilar en la vida religiosa del municipio.
El ataque ocurrió poco después de finalizar el culto dominical. Dos sicarios llegaron en motocicleta y, sin mediar palabra, dispararon contra ellos. Testigos relatan el horror del momento, con los presentes paralizados ante la brutalidad del acto.
La Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación, han desplegado un operativo intensivo para capturar a los responsables. Se analizaron más de 200 horas de grabaciones de cámaras de seguridad y sigue vigente el ofrecimiento de una recompensa de hasta $50 millones por información que ayude a esclarecer el crimen.
Incluso, el presidente Gustavo Petro expresó su rechazo y exigió acciones inmediatas. “Masacrada toda una familia en Aguachica. Le pido a la Policía Nacional emplearse a fondo en descubrir y entregar a la justicia a los criminales”, manifestó a través de redes sociales. Por su parte, la Dirección de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior también condenó el ataque y mostró su solidaridad con la comunidad evangélica.
LAS INCÓGNITAS DETRÁS DEL CRIMEN
El brutal asesinato ha dado paso a múltiples hipótesis. Inicialmente se hablaba de una posible amenaza contra Ángela, quien había comentado a un familiar sobre llamadas sospechosas que recibía, versión que posteriormente descartada por las autoridades, así como una posible extorsión.
Días después del múltiple asesinato motocicletas utilizadas por los sicarios, fueron encontradas abandonadas en la vía a Riohacha, La Guajira, y en ellas se hallaron huellas dactilares, lo que podría proporcionar pistas cruciales, incluso las autoridades policiales anunciaron que tenían identificados algunos alias de los responsables de la masacre. Dos retratos hablados y algunas tomas de los videos de las cámaras de seguridad del sector permitieron identificar el rostro de los sicarios, quienes aún son objeto de búsqueda por parte de las autoridades.
NUEVO ELEMENTO QUE ENREDÓ LA INVESTIGACIÓN
Recientemente las investigaciones dieron un giro inesperado. La Fiscalía habría encontrado evidencia de comunicación telefónica entre el pastor Marlon Lora y Alexander González Pérez, alias ‘El Calvo’, un narcotraficante que había sido asesinado en el Magdalena, tres días antes del crimen de la familia pastoral.
En los registros telefónicos del pastor, se ubicaron llamadas con González Pérez, pistas que le agregan un nuevo elemento al caso, ya que la pareja sentimental de alias ‘El Calvo’, era Zaida Andrea Sánchez Polanco, conocida con el alias de ´La Diabla’, quien había estado en el lugar de la masacre minutos antes de que esta ocurriera.
Esta mujer en su momento declaró que nada tenía que ver con el caso, aunque admitió que había estado en el restaurante el día de la masacre y que era pareja sentimental de alias ‘El Calvo’.
Zaida Andrea Sánchez seguía vinculada a la investigación y se mantuvo bajo perfil por varias semanas, hasta que el pasado 23 de enero se conoció el crimen de esta mujer en la ciudad de Medellín. Presuntamente era buscada por el Clan del Golfo.
Según el periodista Jacobo Solano Cerchiaro, “La Diabla” habría sido la encargada de planificar todos los detalles del homicidio múltiple. “Era la esposa de Alexander González Pérez, alias “el Calvo”, un narco que vivía en el conjunto residencial La Arboleda, en la vía que conduce de Aguachica a Gamarra donde dejaron botados dos carros deportivos, dos cuatrimotos”, dijo en su cuenta oficial de X.
“‘La Diabla’ estuvo detenida meses antes por temas de extorsión y narcotráfico; tenía anotaciones por homicidio y hurto calificado, además de haber sido víctima de lesiones por armas de fuego y de injuria y calumnia. Era oriunda del municipio de Gamarra, Cesar, pero fue con “El Calvo” que logró hacer un gran capital con contactos en el Catatumbo para sacar cocaína”, detalló Solano.
PRONTO HABRÁ DETALLES
Eduardo Esquivel, secretario de Gobierno del Cesar, anunció que las investigaciones avanzan satisfactoriamente, ha llegado información certera con la que se está trabajando para esclarecer los hechos.
“Las autoridades continúan avanzando de manera ‘extraordinaria’ en las investigaciones, se está en la fase de recopilación de datos y pruebas para dar una respuesta contundente al caso. Nos están pidiendo unos días más para obtener resultados concretos y dárselos a conocer a la comunidad que ha implorado justicia”, dijo el funcionario.
EL LEGADO
Más allá del dolor y la incertidumbre, la comunidad ha encontrado fortaleza en la fe. La iglesia Príncipe de Paz, en medio del luto, decidió reabrir sus puertas en honor a sus líderes fallecidos. En el servicio dominical posterior al crimen, los feligreses se congregaron con sentimientos encontrados, pero con una determinación inquebrantable: continuar el legado de amor y servicio que la familia Lora Rincón dejó.
Sus últimas palabras en el culto del 29 de diciembre resuenan con más fuerza que nunca. “Dios, quiero terminar los días de este año más cerca de ti”, dijo Ángela Mariana en su oración, sin saber que serían sus últimos momentos en la iglesia.
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