Abrieron su primer local en 2017 y ahora cuentan con tres en la capital. Todo con el propósito de elevar este plato a estilos, sabores y presentaciones diferentes
El chicharrón es un plato que aparte de ser delicioso, hace parte fundamental de la gastronomía colombiana. Sin embargo, por mucho tiempo se le dio una connotación negativa, por la grasa y por no ser un plato de ‘alta cocina’, según algunos. Concepto que se ha ido transformando en la última década. Poco a poco lo han incluido en preparaciones y cartas de restaurantes gourmet, y pasó a ser una comida muy versátil, que se puede ver en la picada de los barrios más tradicionales como en un ceviche en un lugar elegante. Y hubo una pareja que quiso explotar todo ese potencial y lo logró, creando Love Chicharrón.
Se trata de Valentina Builes y Juan Bonilla, una paisa y un bogotano que, además de ser esposos, comparten el amor por el chicharrón y por la idea de montar un negocio propio. Con el objetivo también de cambiar la forma de consumir este tradicional producto y elevarlo a estilos, sabores y presentaciones diferentes. Su esfuerzo dio frutos y actualmente cuentan con tres puntos ubicados en la Cll 119 #13-08, Cll 85 #16a-32 y Cll 134 #54-11 en Bogotá. Pero, como todas las historias de éxito, ellos también tuvieron sus altibajos.
Así nació Love Chicharrón: el sueño de dos esposos
Su historia de amor ya tenía al chicharrón como uno de los protagonistas. En primer lugar, Valentina había abierto su primer restaurante, Herencia, que inauguró en 2012. Allí tuvo varias citas con Juan Pablo. Como era recurrente que él la visitara en el negocio, siempre le decía: “Solo quiero un chicharrón”, según contaron a El Tiempo. Y fue gracias a ese gusto que Juan Pablo le planteó a ella construir un plato más refinado en torno a esta crujiente parte del cerdo.
Más adelante, en 2015, fueron invitados al festival Alimentarte, que es muy popular en la capital, donde su plato principal se sirvió en un cono de papel, algo que llamó mucho la atención. Lo que los ayudó a participar en más de 20 festivales como Estéreo Picnic y bazares de colegios en el año siguiente. Así que decidieron buscar un local enfocándose en áreas de alto tráfico peatonal, ya que es un negocio de impulso de antojo.
Luego llegó el tan esperado momento de abrir el primer local en 2017, ubicado en la calle 119 con 13, donde, según cuentan los emprendedores, sí hicieron filas desde el primer día. Aunque ellos pretendían que el momento de la apertura fuera para amigos y familia que les ayudaran a probar, terminaron dejando entrar a las personas y, a partir de ese momento, no pararon. En algún momento tuvieron hasta cuatro locales, pero por temas del arrendatario ahora tienen tres.
Una de las claves de su éxito es la materia prima. Una buena carne es la que hace que el resultado sea verdaderamente delicioso. Según contaron a El Tiempo, “Siempre se buscan cerdos que sean muy sanos, libres de medicamentos, alimentados con concentrado orgánico y que tengan un peso de 90 a 105 kilogramos. Además, deben tener buena musculatura, ya que esto influye en el sabor«, explicó Juan Pablo.
Además, los productos que tienen una mayor salida son los conos de chicharrón en sus diferentes presentaciones. El concepto de su restaurante está basado en los jardines de cerveza alemana, los famosos ‘Biergarten’, en donde hay toda una experiencia alrededor del cerdo y siempre está acompañado de cerveza. Por supuesto, dándole un toque más colombiano.
Actualmente tienen un menú bastante completo con presentaciones que ponen al chicharrón como un verdadero plato ‘chic’. Desde picadas con morcilla, chorizo y más sándwiches en salsas como Jack Daniels, ceviches, costillas y hasta menú infantil. Sus platos están en un rango de los $3.000 con empanadas a los $75.000 con tabla de diferentes antojos. Gracias a esa diversidad, pueden ofrecer opciones para todos y seguir creciendo, que es su propósito: abrir un cuarto local por el sector de Cedritos.
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