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Hay épocas en que parece que la oscuridad, cubierta con el manto de la fatalidad, se ensañara con Colombia y entonces nos obliga a tomar unos momentos de reflexión para entender por qué La Paz es el punto de partida para que en nuestra sociedad dejemos de matarnos entre sí y alcancemos índices aceptables de desarrollo humano.
En esos momentos surgen interrogantes a los cuales, vamos dando respuesta, solamente para encontrar que, de esas respuestas, nacen otras preguntas, es un diálogo con uno mismo que no termina pero que nos permite despejar dudas para entender, sin apasionamientos, los esfuerzos que el Gobierno Progresista del Presidente Gustavo Petro hace para lograr ese objetivo buscado desde siempre y por qué, la respuesta de los grupos alzados en armas se refleja en acciones hostiles y criminales contra la sociedad civil y el gobierno mismo.
Reflexión:
- ¿A qué se debe el recrudecimiento del conflicto interno en Colombia, máxime qué el presidente Petro les ha ofrecido a los actores (disidencias de las FARC, ELN, clan del Golfo etc.) una oportunidad única de acordar una Paz Total y desarrollar esta sociedad?
El recrudecimiento del conflicto interno en Colombia, a pesar de los esfuerzos de Paz del presidente Gustavo Petro, se debe a varios factores complejos, en especial los siguientes:
- No todos quieren soltar el hueso: Algunos grupos armados (disidencias de las FARC, ELN, Clan del Golfo, etc.) han vivido por décadas del conflicto (narcotráfico, minería ilegal, extorsión, secuestro, desapariciones, desplazamientos, despojo etc.) y no les conviene dejar esa «teta». La paz les exigiría cambiar de vida, y muchos prefieren seguir en la ilegalidad.
- Hay división hasta entre los malos: Ni siquiera los grupos ilegales están unidos. Las disidencias de las FARC, por ejemplo, están fragmentadas, y mientras algunas podrían negociar, otras no quieren. El ELN también tiene frentes que no obedecen del todo a sus líderes. Cada fracción parece tener toldo aparte como se dice coloquialmente.
- El Estado no llega, y donde no hay ley, manda el pistolero: Muchas zonas rurales siguen abandonadas por el gobierno. Si no hay presencia real del Estado (justicia, oportunidades, seguridad), los grupos armados siguen controlando esos territorios.
- La plata manda: El narcotráfico sigue siendo un negocio millonario, y mientras haya demanda internacional, habrá grupos dispuestos a matar por controlar esas rutas. El Clan del Golfo y otros no van a soltar ese negocio fácilmente.
- La desconfianza reina: Después de décadas de guerra y promesas incumplidas, muchos actores armados no creen en el gobierno, ni siquiera en Petro, aunque hable de paz. Piensan que después los van a judicializar o eliminar.
- Los que no quieren paz sabotean: Hay sectores políticos, económicos y hasta grupos armados que prefieren que el conflicto continúe porque les conviene para mantener sus privilegios o justificar medidas represivas.
En resumen: Petro ofrece paz, pero muchos actores no quieren soltar el poder, el dinero o no confían. Además, el Estado no ha logrado llenar esos vacíos donde mandan los ilegales. Sin cambios reales en las regiones, el conflicto sigue recalentándose.
- ¿Quiere esto decir que el proceso de Paz Total del Gobierno del Presidente Petro está condenado al fracaso como en gobiernos anteriores? ¿Cuál debe ser la estrategia que lleve a la sociedad colombiana al triunfo?
No necesariamente está condenado al fracaso, pero sí enfrenta riesgos enormes, como todos los procesos de paz en Colombia. La diferencia ahora es que Petro es el primer presidente de izquierda en intentarlo, con una voluntad política distinta, pero choca con los mismos monstruos de siempre: la desconfianza, los intereses criminales y la debilidad del Estado.
¿Por qué podría fracasar?
- Los grupos armados no tienen incentivos reales para desarmarse: Mientras el narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión den más plata que cualquier oferta del gobierno, muchos preferirán seguir en la guerra.
- La paz no es solo firmar papeles: Si no hay justicia social, reforma agraria y oportunidades en los territorios, los jóvenes seguirán reclutándose para alimentar un conflicto de nunca acabar.
- La oposición política y sectores poderosos no creen en el proceso: Muchos prefieren la guerra porque les conviene para mantener el statu quo o justificar mano dura como lo pregona la oposición política a través de todos los medios de comunicación.
- El ELN y las disidencias son difíciles de negociar: Son estructuras fragmentadas, sin un mando único, y algunos frentes no quieren Paz.
¿Qué se necesita para que triunfe?
Si Colombia quiere una paz real, la estrategia debería combinar:
- Estado presente de verdad (no solo discursos):
Llevar educación, salud, vías y justicia a las zonas olvidadas. Si no, los ilegales seguirán mandando.
Reforma agraria que les dé tierra a los campesinos sin que los maten por pedirla.
- Golpear duro donde no haya voluntad de paz:
Negociar con quien quiera, pero perseguir militar y judicialmente a los que sigan delinquiendo. No puede ser paz impune.
- Desmantelar los negocios ilegales:
Mientras el narcotráfico sea rentable, habrá guerra. Hay que atacar las rutas, los lavadores, la demanda internacional y la cadena de distribución. No olvidemos que el fin último del narcotráfico es el microtráfico, pues el narcotraficante mayor persigue que su producto llegué a todas las esquinas de las ciudades del mundo.
- Involucrar a las víctimas y a las regiones:
La paz no puede hacerse solo en La Habana o en Bogotá. Las comunidades deben sentir que son parte, no debe hacerse a sus espaldas, muchos ciudadanos desean participar, pero solo se les invita a apoyar sin condiciones.
- Unidad nacional (o al menos, menos polarización):
Si los políticos y los medios siguen dividiendo, cualquier proceso se debilita, sobre esto tenemos bastante experiencia.
Conclusión:
El proceso de Petro no está perdido, pero necesita más que buenas intenciones. Si no hay cambios estructurales, voluntad real de los actores armados y una sociedad que exija paz sin tregua, podría repetirse el ciclo de fracasos. La paz no es solo silenciar los fusiles, sino transformar las causas de la guerra.
¿Será posible? Depende de si Colombia, como sociedad, está dispuesta a pagar ese precio.
- ¿Como convencer entonces, a la feroz oposición política para que apoyen los esfuerzos del presidente Petro en la búsqueda de la paz?
Convencer a la feroz oposición política en Colombia para que apoye el proceso de paz de Petro no es fácil, pero hay estrategias clave que podrían abrir caminos. Aquí van algunas, en lenguaje claro y realista, pero desde el punto de vista de este pensador:
- Mostrar resultados tangibles, no solo discursos:
La oposición (uribismo, centroderecha, sectores conservadores) desconfía porque cree que Petro negocia con «terroristas» sin contraprestaciones.
Qué hacer: Demostrar que los acuerdos llevan a desmovilizaciones verificables, reducción de violencia y entrega de armas. Si ven que los grupos armados cumplen, será más difícil oponerse.
- Incluir a la oposición en los diálogos (sin cederles el control):
Muchos opositores sienten que Petro quiere llevar todo el crédito. Si se les da participación sin vetos, podrían sentirse parte. Ejemplo: Crear comisiones mixtas (gobierno + oposición + sociedad civil) para vigilar los acuerdos.
- Enfocarse en puntos de encuentro:
La oposición no es un bloque monolítico. Algunos sectores podrían apoyar:
Seguridad: Mostrar que la paz no es impunidad, sino que combina justicia transicional y mano dura con quien no negocie.
Economía: Destacar que la paz traería inversión y estabilidad a regiones clave para el agro y la industria.
- Usar a los militares y empresarios como aliados
Los Generales y Gremios Económicos tienen influencia en la oposición. Si Petro logra:
Garantizar seguridad jurídica para empresarios en zonas de conflicto que les permita expandirse y crecer
Involucrar a los militares en la transición (sin humillarlos, como pasó con el estigma tras el Acuerdo de 2016)
- Presión internacional y mediación creíble
La oposición le teme al «castrochavismo», pero si países como EE. UU., la UE o el Vaticano avalan el proceso, les costará más oponerse.
- Comunicación efectiva (sin polarizar)
Petro a veces usa un lenguaje que enardece a la oposición. En cambio, debería:
Evitar el «ellos vs. nosotros» y hablar de «paz para todos».
– Usar medios tradicionales (no solo redes) para llegar a sectores escépticos.
- Hay que asegurar que la paz no sea solo «de Petro»
Si el proceso se ve como un proyecto de país y no como una bandera política, habrá más apoyo transversal.
Cómo lograrlo: Reformas constitucionales con consenso (ejemplo: Acuerdo de 1991) o pactos multipartidistas.
Conclusión:
La oposición no apoyará solo por «buena voluntad», pero si Petro:
- Negocia con transparencia (sin acuerdos secretos).
- Involucra a sus rivales sin ceder todo.
- Involucra a la sociedad civil.
- Demuestra que la paz mejora la seguridad y la economía…
Podría romperse el bloqueo político. Eso sí, requiere pragmatismo y menos confrontación. ¿Lo hará? Depende de si prima el cálculo político o el orgullo.
- sea ¿una especie de «nuevo pacto social” en donde todos aporten?
¡Exacto! Un «Nuevo Pacto Social» en el que todos los sectores (gobierno, oposición, empresarios, militares, sociedad civil y hasta actores internacionales) apunten a un mismo objetivo: la paz con justicia social y seguridad.
¿Cómo sería ese pacto en la práctica?
- Acuerdo Multipartidista:
Que los partidos (incluyendo uribistas, conservadores, liberales, centro derecha, independientes y la sociedad civil) firmen un «Pacto por la Paz» con metas claras, no solo Petro. Ejemplo: El Frente Nacional (1958-1974) logró que liberales y conservadores se turnaran el poder para evitar guerra, pero hoy se necesita algo más inclusivo.
- Garantías para todos:
Para la oposición: Que la paz no signifique impunidad ni entrega del país a las guerrillas.
Para los empresarios: Seguridad jurídica y protección contra extorsiones.
Para los militares: Respeto a su institucionalidad y no estigmatización.
Para las víctimas: Verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.
- Reformas concretas, no solo promesas:
Reforma rural integral: Tierras para campesinos, pero con apoyo técnico y créditos (que no termine en abandono, como ha pasado).
Política antidrogas realista: Menos fumigaciones y más sustitución de cultivos con alternativas económicas viables.
Presencia del Estado en territorios: No solo soldados, sino jueces, maestros, médicos y empresas fuente de trabajo
- Mecanismos de verificación independiente:
Una Comisión de Seguimiento con veedores internacionales (ONU, OEA) y nacionales (iglesias, universidades, ONG, Asociaciones de Profesionales de abogados, economistas, sociólogos etc.) Así nadie podrá decir que el gobierno arregla los informes.
- Comunicación que una, no divida:
Petro debe dejar de hablar solo a su base y usar mensajes que convoquen a los no convencidos. Ejemplo: En vez de «la oligarquía no quiere paz», decir “invito a todos a construir un país donde nadie tenga que empuñar un arma».
¿Por qué un Pacto Social es la salida?
Porque la paz no puede ser bandera de un solo gobierno: Si se logra un acuerdo amplio, sobrevivirá a los cambios de presidente.
Por qué aislar a los violentos: Si todos (menos los que insistan en la guerra) están en el pacto, los grupos armados quedarán sin apoyo social y político.
El gran «PERO». Esto requiere que Petro y la oposición cedan algo:
Petro: Dejar de polarizar y aceptar que no todos sus enemigos son «uribistas violentos».
La oposición: Entender que la paz no es «rendirse al castrochavismo», sino una oportunidad para estabilizar el país.
Si lo logran, Colombia podría tener una oportunidad histórica. Si no, seguiremos en el mismo ciclo ¿Estarán listos para intentarlo?
Conclusión General: Un pacto o una tumba
Colombia enfrenta una disyuntiva histórica: se atreve a un Nuevo Pacto Social donde todos cedan algo, o seguirá enterrando generaciones en el mismo conflicto.
Este pacto debe ser:
- Realista: Sin ingenuidad hacia los violentos, pero sin cerrar puertas.
- Inclusivo: Donde uribistas, petristas, empresarios y víctimas tengan voz.
- Concreto: Con reformas agrarias, sustitución de cultivos y justicia transicional creíble.
- Vigilado: Por actores internacionales y la sociedad civil, para que nadie sabotee lo acordado.
La paz no es un regalo, es una conquista. Exige coraje para negociar, firmeza para perseguir a los que no quieren paz, y grandeza para dejar atrás rencores.
«El Estado que no llega a las regiones entrega el país a los pistoleros. Y una sociedad que prefiere la polarización a la solución, firma su propia sentencia».
¿Estamos listos para pagar el precio? *El tiempo —y los fusiles que siguen disparando— darán la respuesta.
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