La respuesta es porque algunos tienen ciertas fechas y series. Revísalo bien: podrías tener una joya escondida en la billetera
Cada tanto, un billete común y corriente que suele estar de paso por la billetera de cualquier colombiano podría convertirse, sin buscarlo, en una minúscula joya. Es el caso del billete de $100.000 que circula desde hace varios años, pero que hoy se ha colado en el radar de coleccionistas ansiosos por saber: ¿qué número de serie tengo?
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El fenómeno comenzó con una publicación reciente: algunos ejemplares de estas denominaciones –en particular, los emitidos los días 8 de agosto de 2014, 19 de agosto de 2015 y 23 de agosto de 2019, con serie iniciales AA, AB y AC, respectivamente– empezaron a cobrar valor adicional considerable. ¿La razón? Se suman factores como fecha, serie y estado de conservación, y en conjunto pueden sumar hasta un 50 % extra sobre su valor facial
En el caso del billete de 8 de agosto de 2014 con serie «AA», un ejemplar usado pero aceptable puede venderse por alrededor de $105.000, pero si está bien cuidado sube hasta $120.000 y, en condiciones casi perfectas, puede alcanzar los $150.000 . Apenas unos días más tarde, el del 19 de agosto de 2015 con serie «AB», también se cotiza entre $105.000 y $140.000, según el estado. Y el ejemplar más moderno, del 23 de agosto de 2019 con serie «AC», tiene un pico de valor en torno a $130.000 si está intacto.
Esta tendencia confirma que pequeños detalles pueden revalorizar algo cotidiano. La condición del papel juega un papel clave: desde aceptable hasta impecable, cada grado de cuidado incrementa el precio que alguien podría estar dispuesto a pagar.
Pero el descubrimiento no se limita al papel. Hay monedas antiguas de $200 –acuñadas aproximadamente en 1995– que por ciertos puntos en su diseño pueden venderse por $70.000. Así que ese cambio en el bolsillo o esos billetes olvidados en la cartera podrían terminar siendo más valiosos de lo que aparentan.
Este interés en la numismática ha encontrado aire gracias a influencers y creadores de contenido que educan sobre series raras, detalles de impresión y catálogos oficiales como el de “Monedas y billetes Colombia (1616–2023)”.
Para quienes se animan a revisar su billetera, aquí una guía sencilla:
- Revisar la fecha de emisión y la serie (AA, AB o AC).
- Evaluar el estado del billete: desde «aceptable» hasta «excelente».
- Buscar asesoría en tiendas numismáticas o plataformas especializadas, donde expertos pueden confirmar autenticidad y estado.
Este fenómeno demuestra cómo algo cotidiano puede transformarse en seco hallazgo numismático. Un billete que pasa del día a día a valer hasta la mitad más de su valor nominal, sin mayor esfuerzo. Lo que antes era cambio se convierte en una pequeña inversión para quien presta atención.
En definitiva, revisar bien el bolsillo o la billetera puede regalar sorpresas: un archivo vivo de fechas, series y estados que, en el momento justo y con el comprador indicado, puede valer mucho más de lo que parece. Y en un país donde la cultura del coleccionismo crece, cada detalle cuenta.
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