La cauchera Frutos del Perdón permite cuidar el ambiente y ofrecer sustento a una región azotada por las disidencias de las Farc y la minería ilegal
En Tarazá, en el nordeste Antioquia, donde abundan las vetas de oro y el ambiente parece un territorio bombardeado se están salvando unos trozos de tierra. Uno de ellos es la finca Frutos del Perdón donde los campesinos decidieron cultivar caucho en vez de erosionar la tierra con minas ilegales.
La finca Frutos del Perdón es un oasis en medio de la minería ilegal y el accionar de los grupos armados. Primero los miembros de los frentes 18 y 58 de las Farc y los paramilitares luchaban por el territorio ahora el clan del Golfo, las disidencias de las Farc, el ELN, entre otros buscan controlar la región. Frutos del Perdón ofrece un cobijo en medio del huracán a 20 colaboradores que quieren salir adelante mediante cultivos de caucho.
Agricultores como Don Marcos, quien es el líder de la plantación, garantizan el aprovechamiento de las 227 hectáreas de la cauchera. Trabajar el caucho es una experiencia distinta a otros cultivos por la necesidad de rayar el caucho cuando está seco, lo que implica ser muy flexible con el horario. De lo contrario el látex, la “leche” del caucho, no sale de buena calidad y no pagan bien los litros.
Aunque Frutos del Perdón tiene el respaldo de Fondo para Reparación de las Víctimas, una parte de la Unidad para las Victimas, la idea de la plantación es tener un proyecto sustentable a largo plazo y no puede subsistir únicamente por los giros del gobierno. En consecuencia, Don Marcos debe garantizar la producción de 30 a 35 litros de látex de cada árbol, de esa manera los pagos de los particulares podrían sostener la finca.
El líder de la plantación debe encargarse de que los campesinos puedan rayar cuando la madera está seca, es decir, puedan “pinchar” la planta para sacar la mayor cantidad de líquido. Otro detalle para el funcionamiento de la finca es el cuidado del personal, el trabajo requiere usar químicos peligrosos para la salud.
Por los riesgos de seguridad, en el cultivo esta Don Nefer, quien se asegura del cumplimiento del uso de elementos de protección. La tarea de cuidar el personal no es solo cuando recogen caucho, sino cuando están en otras labores. Una responsabilidad más sencilla ahora.
Nefer se acuerda del tiempo de la violencia cuando le mataron dos amigos, que le ayudaban en conseguir empleados. También para esas fechas existía una orden de no poder andar después de las cuatro de la tarde en la carretera, quien desobedecía pagaba con la vida. Hoy la situación es mejor, la gente puede andar sin mayor inconveniente y los combates no son cerca de su trabajo; sin embargo, Nefer sigue en apuros para conseguir personal.
El trabajo del Caucho exige tener contratos de máximo ocho meses, la extracción del látex puede perjudicar la salud y no puede hacerse durante el año de manera continua. En efecto Nefer busca cuidar a sus empleados, tanto por el desgaste de la espalda como por el riesgo de contaminación química. No obstante, los riesgos si se tiene cuidado el cultivo de caucho podría ser una forma de ofrecer un cambio real a la región.
Aunque en Taraza hay tranquilidad, los campesinos tienen más incentivos de trabajar en las minas, el oro paga bien. Con millones de por medio, el medio ambiente puede pasar a un segundo plano.
En el Bajo Cauca Antioqueño la extracción ilegal de minerales ya perjudicó más de 60.000 hectáreas y destruyó unos 200.000 árboles nativos. Lo más grave de la situación es la contaminación del agua con químicos peligrosos como el mercurio, a la larga se puede presentar una epidemia de cáncer. El gobierno en la zona quiere dar alternativas mediante el trabajo de varias instituciones.
Una de las organizaciones presentes es Rotorr- Motor de Innovación, quien garantizó en Taraza la entrega de materiales de trabajo. A cada trabajador Rotorr le consiguieron unos guantes, unos pantalones tipo jean, botas de caucho, cinturón, impermeables, botas de material, casco entre otros insumos. Trabajadores como Guillermo, dan fe de la seriedad de Rotorr.
Rotorr mediante actividades de ciencia, desarrollo e innovación está transformando los retos en oportunidades. Con el enfoque tecnológico se logran aumentos en la productividad y competitividad de los cultivos de caucho, que suelen tener una vida promedio de 30 años. La coordinación de las entidades de gobierno garantiza una alternativa viable al territorio y ofrecer opciones al campesinado antioqueño.
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