La indignación por la tarima con Petro contrasta con los aplausos a paramilitares en el Congreso. Lo que molesta no es la paz, sino quién la lidera
Por: Stella Ramirez G.
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
La extrema derecha y los medios hegemónicos, fingen escándalo porque unos jefes de bandas criminales subieron a una tarima junto al presidente Petro con motivo de la paz urbana. Se rasgan las vestiduras, claman por la moral perdida, hablan de “deshonra institucional” teniendo como caja de resonancia los medios hegemónicos.
Pero callaron —y no solo eso, aplaudieron— cuando los paramilitares, Salvador Mancuso, Ernesto Báez y Ramón Isaza fueron recibidos como «héroes» en el Congreso de la República. Allá no hubo escándalo: hubo silla, micrófono, protocolo, ovaciones y muchas fotos de los paramilitares con algunos congresistas.
Durante 45 minutos, Macunso quien aún fungía con -Jefe de las autodefensas- fue escuchado en «absoluto y respetuoso silencio», mientras leía un extenso discurso de 13 páginas. Al terminar un congreso de pie los aplaudió frenéticamente, pero antes había expulsado el senador Iván Cepeda por protestar por la visita de Mancuso y compañía, Cepeda no pertenecía a esa extrema derecha que se arrodilló ante Mancuso y sus compañeros.
Los titulares de los medios hegemónicos fueron eufóricos, complacientes, titulares como: «Todo sea por la paz» denotaban el apoyo a la visita de los paramilitares al «sagrado recinto de la democracia».
¿Dónde estaba entonces la dignidad institucional? ¿Por qué ese silencio conveniente?
La respuesta es clara: no les molesta la violencia, les molesta perder el control de quien la narra y negocia.
La doble moral es su verdadero dogma. Los actores son los mismos, el escenario es diferente, unos fueron de saco y corbata al templo de la «democracia» los otros con camiseta y gorra, parados en una tarima, dos épocas diferentes con los mismos protagonistas del conflicto que se continúe viviendo.
También recordamos cuando el entonces presidente Andrés Pastrana se sentó a manteles con enviados especiales enviados por Manuel Marulanda Vélez, todo bien también, era Pastrana y no Petro. En fin, la hipocresía, mentes débiles y olvidadizas.
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