Aunque marchamos por la paz, el pueblo colombiano ha rechazado vías reales para alcanzarla. ¿Cambio? Difícil, con decisiones tan impredecibles
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Las marchas por la paz y contra el pico de violencia que tenemos, porque toda la vida la hemos tenido, están muy bien y son necesarias; pero, a la vez, surgen inquietudes sobre las actitudes de los colombianos, con relación a nuestros problemas crónicos.
Las élites que han gobernado nuestro país por más de 100 años, han dejado una herencia de graves y crónicos problemas muy difíciles de solucionar para cualquier gobierno. De estos problemas hay dos que se destacan la violencia y la corrupción, pero la actitud del pueblo colombiano (clases populares), que son las que más sufren por estos problemas, han tenido una actitud muy extraña e impredecible hacia los mismos. Vamos a citar algunos ejemplos para entender más esta inquietud.
Sobre la eterna violencia en Colombia. El presidente Juan Manuel Santos logró un acuerdo de paz con las Farc, el grupo guerrillero más fuerte que ha habido, en septiembre de 2012, que desmovilizó a cerca de 15.000 guerrilleros, que dejaron de asolar los territorios donde eran muy fuertes.
La comunidad internacional reconoció este logro y otorgó el premio Nobel de la paz a Santos en 2016; sin embargo, este logro no fue igualmente apreciado en Colombia por razones que la historia ha dicho estaban equivocadas; pero el colmo del absurdo es que Santos convocó a un plebiscito el 2 de octubre de 2026, para que el pueblo se manifestara a favor o en contra del acuerdo y la gente votó en contra. Sorpresa grande en Colombia y en el mundo.
Sobre la corrupción. Para combatir el gran cáncer de Colombia, que es la corrupción, se convocó a una Consulta popular el 27 de agosto de 2018, pero las medidas que buscaban reducir drásticamente este flagelo, sorpresivamente no fueron aprobadas por el pueblo colombiano.
Bueno, entonces surge la pregunta, ¿entonces cómo quiere el pueblo colombiano que las cosas cambien, que disminuya la violencia y la corrupción, si deciden en temas cruciales, de una manera tan extraña e impredecible?
Sobre los cambios en el Congreso y en los gobiernos, aunque la actitud del pueblo no es tan extraña e impredecible como en los ejemplos anteriores, sí causa también incredulidad y desasosiego. Se ha visto que las élites, con sus diferentes partidos, han dominado el Congreso y gobernado por mucho tiempo, que no hacen los cambios que ellos necesitan, pero el pueblo (clases populares), se empecina en seguir votando por los mismos. Se pueden citar varios ejemplos.
Antanas Mockus exrector de la Universidad Nacional y exalcalde de Bogotá, una persona alejada de los partidos tradicionales y con un pensamiento de centro, se presentó a las elecciones presidenciales de 2010, pero fue derrotado por Juan M. Santos, por el partido de la Unidad Nacional o partido de la U, un partido de derecha de las élites Colombianas, que representan el continuismo.
Sergio Fajardo, proveniente de la academia y exgobernador de Antioquia y exalcalde de Medellín, también alejado de los partidos tradicionales y también con un pensamiento de centro, se presentó a las elecciones presidenciales de 2018, pero no logró pasar a la segunda vuelta. Estas elecciones las ganó Iván Duque, del partido Centro Democrático, partido de la derecha liderado siempre por el expresidente Álvaro Uribe.
Finalmente, en el año 2022, fue elegido el actual presidente Gustavo Petro, un político de izquierda con ideas radicales, poco de concertación y con los mismos escándalos de la derecha, que puede agravar los problemas crónicos de Colombia. En ese año se presentó Sergio Fajardo, como un candidato de la Coalición Centro Esperanza, integrada por partidos políticos y movimientos sociales de centro, pero de nuevo el centro de la política fue derrotado. Parece ser que a una buena cantidad de personas no les gustan las ideas de centro, porque les gustan más los radicales con sus ideas extremas, pero peligrosas, ¿alguien puede entender esta actitud del pueblo colombiano (clases populares)? Bueno, tal vez los sociólogos y politólogos la pueden entender y explicar.
Lo claro es que aquí sí aplica la frase: “La locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”, es decir, elegir y elegir siempre los mismos y esperar que las cosas cambien de fondo o el caso peor, elegir a radicales de izquierda o derecha que pueden empeorar las cosas.
Finalmente, las personas claman con fuerza por la paz, pero mientras las causas de la violencia persistan: desigualdad, pobreza, desempleo, corrupción, impunidad y agregado a la actitud extraña e impredecible de una buena cantidad de colombianos, es imposible disminuir la violencia y menos solucionarla.
También le puede interesar:
-.
Anuncios.
Anuncios.
(function(d, s, id) {
var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0];
if (d.getElementById(id)) return;
js = d.createElement(s); js.id = id;
js.src = «//connect.facebook.net/en_GB/all.js#xfbml=1»;
fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs);
}(document, ‘script’, ‘facebook-jssdk’));
!function(f,b,e,v,n,t,s)
{if(f.fbq)return;n=f.fbq=function(){n.callMethod?
n.callMethod.apply(n,arguments):n.queue.push(arguments)};
if(!f._fbq)f._fbq=n;n.push=n;n.loaded=!0;n.version=’2.0′;
n.queue=[];t=b.createElement(e);t.async=!0;
t.src=v;s=b.getElementsByTagName(e)[0];
s.parentNode.insertBefore(t,s)}(window, document,’script’,
‘https://connect.facebook.net/en_US/fbevents.js’);
fbq(‘init’, ‘446647882874276’);
fbq(‘track’, ‘PageView’);