Son casi mil hermanas de la Presentación las que continúan la labor iniciada hace 150 años en Colombia cuando seis monjas llegadas de Tours en Francia arribaron a Bogotá. Dirigen 12 instituciones de salud, 24 colegios, una universidad y alrededor de 40 obras sociales y parroquiales, la misma misión que se trazaron desde que llegaron en 1873.
En solo una década, crearon o asumieron obras emblemáticas como el Hospital San Juan de Dios (1873), el Hospicio o casa de refugio de Bogotá (1874), el Colegio La Presentación Centro (1875), el Hospital Militar de Bogotá (1876), el Hospital de Barranquilla (1876), el Colegio de Medellín (1876), el asilo del ‘Aserrío’ en Bogotá para enfermos mentales e indigentes (1880), el Hospital de Sogamoso (1881) y el de Neiva (1882).
Las religiosas formaban una comunidad dedicada a la caridad, la educación, la salud y la promoción social en Francia, siguiendo el ejemplo de su fundadora, Marie Poussepin (1653-1744). Marie Poussepin, beatificada por San Juan Pablo II en 1994, dejó una prometedora carrera en la industria textil en Dourdan, Francia, en 1696 para entregarse al «servicio de la caridad». Ella enfatizó la importancia de la educación de las niñas y el servicio a los enfermos pobres, pilares de la Comunidad que fundó en Sainville, Francia.
La generosa labor de caridad de la congregación atrajo la atención de la Junta General de Beneficencia de Cundinamarca. Manuel Vélez Barrientos, cónsul de Colombia en Francia, solicitó a la Superiora General de la congregación, Mère Du Calvaire, el envío de hermanas a Bogotá para organizar y administrar el Hospital San Juan de Dios, cuidar a los enfermos y enseñar enfermería. Entre las primeras seis religiosas se encontraba la hermana Marie Françoise, quien fue la primera en preparar personal de enfermería, y la hermana Gaëtan, quien prestó servicios en ambulancias durante la guerra civil, auxiliando a soldados de ambos bandos, y lideró varias fundaciones en Medellín.
La buena acogida de las hermanas en Colombia que las llevó a multiplicarse
Fue el sábado 21 de junio de 1873 cuando las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación, comúnmente conocidas como Hermanas de la Presentación se instalaron en el país después de un viaje de siete semanas desde Tours en Francia. El entonces Presidente Manuel Murillo Toro, quién promovió la separación entre la iglesia y el Estado, fue quien recibió con honores a las Hermanas de la Presentación en las puertas del Hospital San Juan de Dios acompañado por médicos, administradores, el cónsul de Francia y un representante del arzobispo de Bogotá.

La congregación permaneció en el Hospital San Juan de Dios por más de 100 años, hasta su cierre. También estuvieron a cargo de servicios en muchos otros hospitales del país, como el San José, La Samaritana, La Misericordia, y San Carlos (con pacientes de tuberculosis) ; la Clínica de Marly y el leprocomio de Agua de Dios. Además, realizaron labores en dispensarios o puestos de salud en pueblos lejanos como Nunchía y Támara en Casanare, y tuvieron una presencia multifacética en Chocó, Apartadó y Tibú. A esto se suma su presencia en el asilo para mujeres indigentes Tres Esquinas (trasladado a Sibaté), en la cárcel de mujeres, en el servicio social de la Policía Nacional , en las Clínicas del Rosario sede Centro y del Tesoro en Medellín, La Presentación en Manizales, la Universidad Católica de Manizales y en obras sociales en las periferias de las grandes ciudades.
Las hermanas fueron fundamentales en la historia de la mujer en Colombia, especialmente en la formación de maestras y enfermeras en el siglo XIX y principios del XX, cuando la educación femenina en el país estaba en sus primeras etapas. Fundaron colegios y escuelas que ofrecieron educación a niñas y jóvenes, contribuyendo a expandir el acceso a la educación femenina en diferentes regiones de Colombia. El 9 de febrero de 1875, se abrió el Noviciado en Bogotá para preparar a las futuras Dominicas de la Presentación.
Fundación de la Clínica Palermo en Bogotá, la Clínica del Rosario en Medellín y la Universidad Católica en Manizales
En 1943, las Hermanas decidieron no solo colaborar en instituciones de salud, sino fundar su propia clínica, para lo cual compraron un lote en el barrio Palermo. En junio de 1948, la Clínica Palermo abrió sus puertas como institución privada de origen canónico e inauguró su servicio de maternidad cinco años después, lugar emblemático para muchos habitantes de Bogotá, inclusive algunas fuentes mencionan que aproximadamente la mitad de los bogotanos nacidos antes de la década de 1990 vieron la luz en esta institución.


Aproximadamente 80 hermanas se encargaron de organizar la atención de enfermería; su primer director científico fue el doctor José Vicente Huertas y su primera superiora fue Mère Saint Martin. Cuando la Clínica celebró sus bodas de oro, el entonces Presidente Andrés Pastrana le otorgó la Cruz de Boyacá, y la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina la reconoció con la Gran Cruz, por la calidad de su servicio y sus aportes a la salud.
En 1930, la congregación creó la provincia de Medellín, seguida por las provincias de Bucaramanga y Manizales, lo que permitió la expansión de su misión. Específicamente en Medellín, la primera piedra de la Clínica El Rosario se colocó en marzo de 1955, y cuatro años más tarde inició actividades bajo la dirección de la madre Thérèse des Anges, de nacionalidad francesa y Superiora Provincial, en la que hoy es la sede Villa Hermosa de la Clínica. En noviembre de 2005, como parte de su crecimiento y expansión, se inauguró la segunda sede, Tesoro, ubicada en El Poblado.
La madre Thérèse des Anges, como provincial de la Provincia de Medellín, apoyó la iniciativa de la madre Thérèse Augusta, entonces general de la congregación, para fundar la Universidad Católica de Manizales en febrero de 1954. El objetivo era ofrecer educación superior a la mujer en Manizales. La universidad ha crecido hasta convertirse en una institución acreditada de alta calidad que opera en 14 edificaciones, cuenta con más de 60.000 graduados en estos 70 años y se ubica entre las primeras universidades de Manizales.


Desde julio del año pasado, la superiora general de la Congregación es la hermana Mariamma Paul Ollukaran, quien en Colombia será acompañada por la superiora Ana Patricia Londoño Flórez y su compañera la Beatriz Elena García Santa, además de seis consejeras. Ellas forman parte de un gobierno de seis hermanas elegidas para un período de cinco años, que también incluye a hermanas de México, Burkina Faso, India y Chile.
Este solida organización de religiosas no solo ha resistido los cambios de gobiernos, de legislación en salud y de educación sino que sus servicios, administración y pulcritud financiera en el manejo de las instituciones a su cargo las han vuelto ejemplares y más en un momento de caos en el sistema de salud como el que enfrenta Colombia.
Le podría interesar: El cura bogotano que fundó hace 300 años el San Juan de Dios, el hospital que obsesiona a Petro
(function(d, s, id) {
var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0];
if (d.getElementById(id)) return;
js = d.createElement(s); js.id = id;
js.src = «//connect.facebook.net/en_GB/all.js#xfbml=1»;
fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs);
}(document, ‘script’, ‘facebook-jssdk’));
!function(f,b,e,v,n,t,s)
{if(f.fbq)return;n=f.fbq=function(){n.callMethod?
n.callMethod.apply(n,arguments):n.queue.push(arguments)};
if(!f._fbq)f._fbq=n;n.push=n;n.loaded=!0;n.version=’2.0′;
n.queue=[];t=b.createElement(e);t.async=!0;
t.src=v;s=b.getElementsByTagName(e)[0];
s.parentNode.insertBefore(t,s)}(window, document,’script’,
‘https://connect.facebook.net/en_US/fbevents.js’);
fbq(‘init’, ‘446647882874276’);
fbq(‘track’, ‘PageView’);