En los últimos años se ha puesto de moda algo que ha sido llamado el ‘Efecto Taylor Swift’, un fenómeno ligado a la que es en este momento la cantante más popular del planeta y que ha tenido impactos en la seguridad nacional, la economía y, en las últimas semanas, la polítíca de Estados Unidos y, en consecuencia, del mundo entero.
Por ejemplo, hace pocos días Swift declaró abiertamente su apoyo a la candidata estadounidense Kamala Harris, luego de que se difundiera un audio hecho con inteligencia artificial, donde parecía que la intérprete de “Cruel Summer” apoyaba a Donald Trump. Pero a los pocos días, la candidata aclaró que dicho anuncio era falso.
Además remarcó que, aunque ella hizo su propia investigación y espera que sus fanáticos hagan lo mismo antes de elegir, no sólo votará por Kamala Harris, sino que se siente muy alegre de que la candidata haya elegido para compañero de fórmula al exgobernador Tim Waltz. Un profesor de colegio, quien también ha sido un activo defensor de los derechos LGTBIQ+.
En los días siguientes la inscripción de votantes para las próximas elecciones, principalmente jóvenes, se disparó casi hasta el 500%. De acuerdo a un centro de análisis de datos llamado Targetsmart, entre 9.000 y 10.000 personas estaban visitando por hora la página de gobierno vote.gov.
Lo que ocurre es que la artista es seguida por un ejército de fieles seguidores que se llaman a sí mismos ‘swifties’, quienes se han convertido en un fenómeno de estudio, por el alto nivel de participación y la considerable capacidad de impacto que poseen. Tienen un poder real que han demostrado en varias ocasiones, como cuando las redes sociales se inundaron de fotos falsas de Taylor, en las que se la podía ver cómo si realmente estuviera posando desnuda.
Entonces los ‘swifties’ se organizaron para inundar las redes de contenido no vulgar y utilizar los mismos hashtags (los numerales que sirven para destacar ciertos temas en las publicaciones), para posicionar fotos no eróticas de la artista, por encima de las que perjudicaban su imagen.
La respuesta de Donald Trump y el odio contra la cantante, y sus seguidores
Donald Trump, quien fue víctima de un atentado hace pocos meses, respondió diciendo que odiaba a Taylor Swift y emuló una de las camisetas que la artista vende en sus shows; pero con su ya conocida frase de campaña electoral ‘Make America Great Again’. Lo que desató la reacción furibunda en redes de los y las ‘swifties’.
Horas más tarde de la declaración de la cantante, se difundió la noticia de que presuntamente una persona armada había disparado en el vecindario de Donald Trump. A diferencia de lo ocurrido hace meses, cuando un francotirador habría intentado atacar al candidato, y medios de comunicación de todo el mundo cubrieron cada detalle, esta segunda noticia de atentado no tuvo gran repercusión. Ni en medios nacionales, ni internacionales.
Taylor Swift también ha tenido que lidiar con posibles atentados, razón por la que tres actuaciones en Austria, de la última gira de la cantante, tuvieron que ser canceladas.
Días previos al concierto, las autoridades revelaron el plan de un joven de 19 años –presuntamente ligado al Estado Islámico–, quien habría tenido intenciones de hacer una masacre con cuchillos y armas químicas, durante una de las presentaciones que realizaría la cantante en la ciudad de Viena.
Además, días previos al concierto de Taylor Swift en Londres, y en medio de hechos que probablemente no tengan conexión política alguna, un adolescente de 17 años entró a una clase de baile inspirada en la cantante y mató con un cuchillo de cocina a tres niñas menores de diez años.
Donald Trump ha dicho que el apoyo a Kamala Harris, podría salirle «muy caro» a Taylor Swift y entre los seguidores del candidato aseguran que su posición política podría perjudicar las ganancias de su gira mundial, que se convirtió en la más lucrativa de la historia con más de 1.000 millones de dólares en ingresos. Podrían tener razón.
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Las ‘Swifteconómics’ o el impacto de Taylor Swift en la economía mundial
Cada ciudad que visita la cantante con su gira recibe un derrame económico considerable, por ejemplo en Madrid fue de 20 millones de euros.
Se dice que los asistentes a sus conciertos gastan, entre boletos, pasajes, hoteles y otros insumos, un promedio de 1.328 dólares cada uno y en Inglaterra los analistas remarcaron que una de las principales causas por las que el país no pudo reducir la inflación durante el último verano, fue el encarecimiento de los lugares de hospedaje, que se produjo por la alta demanda de personas que fueron a ver las presentaciones de la estrella pop en el país.
Es que el impacto de Taylor Swift en la economía se estudia como un fenómeno en sí mismo, que se llama Swifteconomics. La cantante le ha generado tantos millones a la industria hotelera y tanto trabajo a los comerciantes de los países en general, que mandatarios como el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, han hecho declaraciones públicas manifestando su interés en que la mujer, quien es ahora la artista de mayor repercusión en el pop mundial (por encima de Madonna, incluso), visite sus países.
En América Latina también hay artistas capaces de producir ese tipo derrames económicos. Los cuatro conciertos de RBD en Medellín del año pasado, le dejaron a la capital paisa poco menos de 30 millones de dólares. A este detalle hay que agregarle un dato adicional, que la moneda colombiana no es tan fuerte como el dólar.
Así que en términos simples, podría decirse que si una entrada de Taylor Swift puede estar entre US$500 y US$1.000, las boletas más caras de un concierto de pop en nuestro país, con excepción de las que son para palcos, suelen rondar los 200 dólares (800.000 o 900.000 pesos colombianos).
¿Kamala Harris puede ganarle a Donald Trump con el apoyo de Taylor Swift?
El impacto de Taylor Swift en la política es real y el nivel de participación de sus seguidores es un detalle que no puede pasar inadvertido, pero sí sería bastante irresponsable decir que si Kamala Harris logra ganar la presidencia, fue por el apoyo de la diva número uno del pop mundial.
Estados Unidos tiene 350 millones de habitantes y aunque la también intérprete de «Lover» puede movilizar millones de ciudadanos; en un país tan grande, representarían sólo una mínima parte.
De acuerdo a una encuesta de Ipsos, que fue difundida por el canal de televisión ABC, la opinión de Taylor Swift podría impactar en sólo en el 19% de los adultos estadounidenses. Es decir, que para el 81% restante su participación es completamente irrelevante.
Lo que sí podría decirse es que, al provocar a una mujer que sólo en Instagram tiene 284 millones de seguidores (y en TikTok 236 M), Donald Trump despertó a un ejército de ‘swifties’, que ahora no sólo votaran por Kamala Harris, sino que al igual que su artista favorita le harán campaña e intentarán convencer a sus familiares y amigos para que la apoyen. O qué donen plata, ya que las donaciones son un componente fundamental para el crecimiento de los candidatos de ese país.
Porque aunque en el pasado la cantante ya había declarado públicamente su adhesión a Kamala Harris, para estas elecciones no se había pronunciado, aun cuando muchos seguidores le estaban pidiendo que tomara una postura y algunos de ellos incluso se unieron para formar Swifties for Kamala.
Una organización emergente que antes de las declaraciones de la artista alcanzó a juntar, en sólo el primer mes, 150.000 dólares en donaciones. Al decir «odio a Taylor Swift», Donald Trump ha despertado a un león dormido.
Además, a pocos días del pronunciamiento de Taylor Swift, otra de las duras estadounidenses del pop mundial llamada Billie Eilish, también anunció su voto por la candidata. «Está luchando por proteger nuestra libertad reproductiva, nuestro planeta y nuestra democracia», declaró la intérprete de otro de los mayores éxitos musicales contemporáneos llamado «Bad guy».
Billie Eilish parece hacer referencia a las declaraciones que dio hace semanas el compañero de fórmula de Donald Trump, J. D. Vance, quien arremetió contra las mujeres que no quieren tener familia sino gatos. El político también ha apoyado la idea de que los votos de las personas con hijos valgan más, que los de personas que no los tienen.
¿Quienes apoyan a Kamala Harris y Donald Trump?
Al igual que ha pasado en elecciones latinoamericanas, los artistas que apoyan candidatos polémicos prefieren no pronunciarse públicamente. Kanye West, Billy Ray Cyrus (padre de la cantante pop Miley Cyrus, quien podría votar por Kamala), Nicky Jam o Anuel AA, han sido algunos de los pocos que sí han confesado que votarán por el expresidente Trump.
En cambio, el apoyo a Kamala Harris sí ha sido visible y está creciendo velozmente. En parte, porque la escalada de violencia que ha vivido el país durante el mandato del actual presidente Joe Biden, impulsada por algunos seguidores de Donald Trump, como los que se tomaron el capitolio hace años, ha hecho que algunos votantes de la candidata presidencial se sientan en un estado de emergencia.
Lady Gaga, Ariana Grande, Sia, Selena Gómez e incluso Olivia Rodrigo, la estrella de poprock que será la figura principal del próximo Estéreo Picnic, son algunos de ellos. Al conocer la trayectoria, de cada una de estas estrellas, es fácil suponer las razones.
Por ejemplo, Lady Gaga siempre ha sido gran defensora de los derechos LGTBIQ+, a menudo agredidos por seguidores de Donald Trump, y Selena Gómez tiene ascendencia mexicana. El expresidente ha sido fuertemente cuestionado por sus expresiones en contra los latinos, como cuando dijo que quería vender Puerto Rico (que es territorio estadounidense y recibe el nombre de ‘estado asociado’).
Entonces, ¿cómo se explica que haya artistas latinos apoyando a Donald Trump? Una parte de la ciudadanía piensa que la economía estaba mejor con él y se siente representada por un político que habla sin filtros; pero también están quienes simplemente piensan que el expresidente es un experto en manipular datos y malgastar presupuesto de gobierno para así cumplir sus objetivos. Pero las declaraciones de Donald Trump contra la comunidad latina, no sólo han hecho que se lo cuestione a él, sino a sus posibles votantes.
Una participación de Nicky Jam, en uno de sus mitines políticos, ocurrió en la misma semana en la que el candidato aseguró, durante otra de sus presentaciones, que migrantes hambrientos estarían robándose las mascotas de los ciudadanos estadounidenses para comérselas. El repudio contra Nicky Jam ha sido tan grande, que ahora difícilmente otros artistas latinos querrán aparecer públicamente en presentaciones del candidato.
El golpe más contundente se lo dio Maná, la banda de mayor impacto en el rock latino, quienes le respondieron al reggaetonero eliminando la canción que hace años grabaron con él, de todas las plataformas digitales. «Maná no trabaja con racistas», enfatizaron.
Nicky Jam había hecho una publicación en la que compartía un momento en que Donald Trump se equivocaba y lo presentaba refiriéndose a él con un pronombre femenino, donde el cantante hacía un chiste sobre que él era la nueva bichota. Esa publicación ya no está disponible.
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