Lo que nació como una alternativa para hospedar a altos ejecutivos, no era más que el templo de Justo Pastor Perafán, exlíder del cartel de Bogotá y Popayán
Se dice que en Colombia que no hubo otro centro vacacional con más extravagancias que el Chinauta Resort. Este complejo que un día ofreció a decenas de familias la oportunidad de tener un estadía de ensueño a las afueras de Fusagasugá, hoy no es más que edificios a los que los años no le han perdonado el pasó del tiempo y que se visten de abandono.
Lo que inició como una alternativa para que altos ejecutivos pudieran tener un hospedaje a la altura, no era más que una fachada con la que el exlíder del cartel de Bogotá y Popayán escondía sus delitos; una guarida, como la describirían los policías que la allanaron en busca de pruebas de que Justo Pastor Perafán no era el honrado empresario que decía ser.
La Historia del Chinauta Resort; un complejo abandonado a causa del narcotráfico
Para 1992, en los titulares de algunos medios de comunicación se leía que a las afueras de Fusagasugá se encontraría el que se sería «uno de los más ambiciosos proyectos turísticos del país», se trataba del Chinauta Resort, un complejo vacacional que nació para hospedar a empresarios de alto nivel de Colombia.
Los gestores del atractivo proyecto eran unos inversionistas nacionales, reunidos en la sociedad Colombiana de Hoteles Ltda. Cuando adquirieron el terreno en donde se construiría el Chinauta Resort se estaba edificando un club, pero después de varios estudios determinaron que lo que le hacía falta al interior del país era un centro vacacional que ofreciera todas las comodidades, pues era un vacío que obligaba a los ejecutivos bogotanos a desplazarse a otras regiones para encontrar lo que estaban buscando. Clubes, en cambio, abundaban en la capital y en los alrededores.
Las obras del gigantesco y lujoso resort tomaron cerca de dos años y medio. Tenía una capacidad para albergar a 180 huéspedes en 50 elegantes habitaciones; a su vez, estas estaban distribuidas en una edificación de cinco pisos, con un área construida de 6.500 metros cuadrados.
El hotel tenía la capacidad de recibir 120 carros y su construcción más extravagante era su helipuerto. Además, contaba con un parque acuático de casi dos mil metros cuadrados que incluía piscinas recreativas y una de olas, un bar acuático y un sistema de toboganes.
También contó con un auditorio que, para la época, era uno de los más modernos de Colombia, gracias a su diseño y dotación; tenía capacidad para 280 personas. De igual forma, varios salones para diversas actividades, dos canchas de tenis con graderías, salón de juegos con mesas de ping-pong y maquinitas.
En cuanto a temas de comida, disponía de un restaurante principal; el Tibacui, cuya especialidad era la comida francesa. También uno menos formal, el Muisca B.B.Q., al aire libre. Y para los niños se creó un espacio propio en la cafetería Xuagate.
De acuerdo con registros del diario El tiempo, en 1996 más de 100 uniformados allanaron el exclusivo centro vacacional Chinauta Resort, al mismo tiempo que grupos especiales de la Policía allanaron en Bogotá, Popayán, Zipaquirá, Ibagué y Espinal, otras 49 propiedades del ex panadero Justo Pastor Perafán y decomisaron registros contables, copias de escrituras y varias agendas personales.
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Perafán inició sus actividades ilícitas con el contrabando de licores, luego con el transporte de drogas, y continuo con la plantación y distribución de marihuana, lo que le hizo ganar grandes cantidades de dinero. Las actividades de Perafán en el narcotráfico eran camufladas con sus títulos de «empresario», bajo un conglomerado de empresas de fachada en Bogotá y la región del Cauca.
En el Chinauta, calificado por las autoridades como el templo sagrado de Perafán, la Policía también incautó El Libro de Oro del Hotel , donde estaban registrados nombres de cantantes, actores y hasta de un diplomático extranjero.
El exlíder de los carteles de Bogotá y Popayán llegó a ser condecorado por el Congreso colombiano como reconocimiento a sus «actividades industriales». Logró penetrar a la alta sociedad bogotana y se codeaba con la clase empresarial más pudiente de Colombia.
Luego de que las autoridades iniciaran procesos legales en su contra por narcotráfico y lavado de activos, Justo Pastor Perafán se mantuvo oculto. En 1997, fue capturado en Venezuela, después de que un habitante de San Cristóbal, capital del estado fronterizo de Táchira, reconociera al aexreina de belleza y esposa del capo Luz Adriana Ruiz. Fue extraditado a los Estados Unidos, donde cumple una condena de 30 años de prisión, el narcotraficante había logrado amasar una fortuna estimada en más de 12.000 millones de dólares antes de su arresto.
El narco tenía un total de 71 bienes, entre casas, apartamentos y lotes situados en Bogotá, Cali, Cartagena, San Andrés, Fusagasugá, Melgar, Popayán y Villavicencio; 16 sociedades, dos establecimientos comerciales, un yate y un bote. En 2013, la Fiscalía solicitó a un juez penal especializado que considerara aplicar la extinción de dominio sobre estos activos, dado su origen ilícito y su conexión con las actividades criminales de Perafán.
Colombian drug lord Justo Pastor Perafán, leader of the lesser-known Bogota Cartel. He would be captured and extradited to the United States in the year 1997.
byu/roomofbruh inMafia
Después de varios años de gloria, el Chinaura Resort tuvo que enfrentarse a las consecuencias. Se encuentra abandonado desde 2012, el lujoso complejo que fue en el pasado, ahora no son más que ruinas corroídas por el moho y el paso de los años.
Las piscinas que un día fueron del agua más transparente, hoy tienen agua estancada y mal oliente, los toboganes están cubiertos de moho y escombros. Los comedores y los restaurantes tienen sus mesas y sillas cubiertas de suciedad. A pesar de lo poco que queda del Chinauta Resort, aún existen vestigios de la grandeza y lujo que un día lo caracterizaron.
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