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Se está realizando en la ciudad rusa de Kazán la XVI Cumbre de los BRICS, grupo inicialmente conformado por Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica y que aceptó después a Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Argentina, Irán, Etiopía y Egipto. Argentina, bajo Miléi, se quedó al margen.
Aunque desde hace más de veinte años venía hablándose de los BRICS, la agrupación solo se conformó como tal en 2006. En la XVI Cumbre participan 33 países, 24 de ellos con delegaciones del más alto nivel. Están presentes cinco de las economías más importantes del mundo, con un PIB, sumado, superior a los 26 billones de dólares, mayor incluso que el de Estados Unidos, de 23 billones. Rusia, Brasil, India y China se encuentran entre los diez países más grandes en superficie y en número de habitantes. Los BRICS pasaron en veinte años de tener el 5% al 25% del PIB mundial.
Los BRICS han organizado ya dieciséis cumbres y en esta se anunciarán nuevos miembros dentro de los cuales se cuentan Bolivia, Camerún, Vietnam, Indonesia, Tailandia, Cuba, Zimbabue, Siria y Venezuela. También lo han anunciado Malasia, Kazajstán y Turquía, dentro de los 40 nuevos que según el gobierno ruso aspiran a vincularse.
El ingreso de tantos miembros nuevos tal vez no se protocolice en su totalidad. Algunos tendrían carácter de asociados, pero la Cumbre seguramente definirá el camino para nuevas adhesiones, lo cual requiere el consenso de los actuales integrantes.
Según proyecciones no actualizadas del FMI, los BRICS representarán en 2028 el 33,6 % de la producción mundial, mientras que el G7, que reúne a las mayores economías occidentales, solo el 27 %. Con las nuevas incorporaciones, el grupo abarcará a más de la mitad de la población mundial, pero los países que conforman los BRICS no tienen el mismo peso en la actual arquitectura financiera, con el FMI y el Banco Mundial como rectores, y en la cual Occidente predomina.
Reviste especial significación que la Cumbre se celebre justo en el octogésimo aniversario de Bretton Woods (1944), que creó el FMI y el Banco Mundial y sentó las bases del orden económico que ha regido la economía mundial. Colombia es uno de los muchos países todavía vinculados al Acuerdo de Bretton Woods.
La importancia de los BRICS no reside solamente en la cantidad de participantes, sino en el entramado de alianzas y acuerdos en los que están involucrados los miembros y que, o bien forman ya parte de su esfera de influencia, o se disponen a ampliar su alcance.
Es el caso de la organización de Cooperación de Shanghái, integrada por China, India, Kazajstán, Kirguistán, Rusia, Pakistán, Tayikistán y Uzbekistán y seis asociados, Armenia, Azerbaiyán, Camboya, Nepal, Sri Lanka y Turquía, que celebró una cumbre hace una semana.
También está la Asociación del Sur de Asia para la Cooperación Regional, con Bután, Nepal y Bangladesh, más dentro de la esfera de influencia india.
La cumbre de los BRICS presenta un amplio temario, no sin dificultades pues los necesarios consensos son difíciles a medida que aumentan los integrantes. El Sur Global está pendiente de las definiciones, que solo se verán al final.
Hay dos temas de importancia que inevitablemente serán objeto de análisis. En primer lugar, la desdolarización, que implica construir un sistema de comercio y transferencias monetarias que no pase por el dólar y, segundo, la seguridad y las guerras.
La desdolarización ha cobrado relevancia ante el hecho de que las potencias occidentales han utilizado el dólar y el euro como arma de castigo para imponer sanciones y someter a diversas economías nacionales inclinadas a salirse de la fila.
Las propuestas que se debatirán incluyen acuerdos entre los bancos centrales, mecanismos de trueque, expedición de sistemas de crédito que reemplacen a Visa y MasterCard y el uso de dinero digital. La idea de una moneda única de los BRICS todavía no se ha consensuado.
Se estudiará la descentralización de los pagos transfronterizos y la utilización y fortalecimiento de las monedas locales.
La cumbre seguramente definirá los principios de un nuevo enfoque sobre el manejo de los intercambios internacionales. Se habla de que se basarán en la independencia, la inclusividad y la sostenibilidad para lograr un crecimiento económico mas uniforme y evitar la volatilidad excesiva y desestabilizadora de los flujos de capital y los tipos de cambio. Se promoverá un uso amplio de las nuevas tecnologías.
Todos los miembros coinciden en que no es posible sustituir al dólar en el corto plazo, pero sí diversificar las monedas de reserva
En materia de seguridad, existen diferencias. No se puede negar que en el seno de los BRICS varios países muestran más afinidad con Occidente en lo ideológico y político, pero toma fuerza el criterio de entender la seguridad como un concepto global y que no cabe fortalecer la seguridad de un país o una región a costa de la seguridad de otro. Se entiende la seguridad como algo indivisible, en implícita referencia al conflicto en Ucrania, donde Occidente amenaza la seguridad de Rusia con el pretexto de garantizar la de Ucrania.
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