Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
La semana pasada se corrió en Bogotá una carrera ciclística. Para que se pudiera dar, muchos debimos hacer algún sacrificio menor en términos de movilidad. Pero fue un muy buen momento para repensar que el deporte es mágico, poderoso, iluminador, humanizante, democrático y transformador.
Nuestro país es la sumatoria de las realidades de cada familia y grupo que lo compone y éstos a su vez son el resultado de los colombianos que los integran. En cada ámbito de esos, el deporte debería ser un elemento indispensable, presente y permanente, para profundizar muchos de los aspectos positivos que ya hay en nosotros y muchos podemos desarrollar.
Practicar deporte, sea de alta competición, como ejercicio juicioso o a nivel recreativo, es inigualable como guía de superación. En su desarrollo es imposible no aprender la relación simétrica y total que hay, entre el entrenamiento y la constancia y los resultados. En ningún otro espejo es más fácil verse uno a si mismo al trazar una meta de mejoría para luego constatar si se logró o no y, mejor aun, después tomar el resultado sólo como un punto de partida para el objetivo que sigue.
En el deporte la igualdad de los seres humanos es incuestionable. En una piscina, en las pistas o recorriendo el campo, los aspectos que se usan para pretender disimilitudes entre nosotros desaparecen. En esos escenarios son solo las reglas y cada uno con el reto de lograr lo que se ha propuesto, nada mas. De la mano de esa igualdad vienen la honestidad y una gran dosis de solidaridad y lealtad.
Así, el deporte es transformador, pues esos sentimientos y valores, los que se nos meten en el alma como deportistas, no se quedan “allá”, sino que irrigan todo el resto de nuestra existencia.
Sentimientos y valores que se nos meten en el alma como deportistas, no se quedan “allá”, sino que irrigan todo el resto de nuestra existencia
En el deporte las retribuciones espirituales, los reconocimientos y la satisfacción vienen de ser exitosos, pero solo en el marco de las reglas. Hacer trampa no solo es muy mal visto, sino que vacía por completo la alegría y la satisfacción del resultado. De esa manera, el deporte es un permanente y eterno aprendizaje de respeto a la ley y cumplimiento de las normas.
Con el deporte aprendemos de autodisciplina, en la medida que nadie vigila que llevemos a cabo las rutinas, prácticas y entrenamientos, en las condiciones que se precisa para lograr la meta, mas allá de cada uno para si mismo. Además, como se lee el viejo adagio, “no pain no gane”. Sin dolor no hay logros. Ciertamente, en la medida justa, cada deportista debe sacrificarse a si, el tiempo con la familia o amigos, los placeres del ocio y otras para mejorar cada vez.
Si todo eso no fuera ya mucho, crecer y vivir siendo deportista, hace que exista un mundo paralelo al de la vida regular y normal. Un mundo con dinámicas, rutinas, relaciones, mediciones, soles y sombras propias. En ese otro mundo paralelo, cada quien sienta sus propios horarios, lo que pretende, la manera que lo buscará y es, a su propio modo siempre campeona.
Estoy convencido que tener ese mundo único y propio, nos aporta mucho a que, en este otro, en el real, seamos mucho mas felices y mejores personas.
-.
(function(d, s, id) {
var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0];
if (d.getElementById(id)) return;
js = d.createElement(s); js.id = id;
js.src = «//connect.facebook.net/en_GB/all.js#xfbml=1»;
fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs);
}(document, ‘script’, ‘facebook-jssdk’));
!function(f,b,e,v,n,t,s)
{if(f.fbq)return;n=f.fbq=function(){n.callMethod?
n.callMethod.apply(n,arguments):n.queue.push(arguments)};
if(!f._fbq)f._fbq=n;n.push=n;n.loaded=!0;n.version=’2.0′;
n.queue=[];t=b.createElement(e);t.async=!0;
t.src=v;s=b.getElementsByTagName(e)[0];
s.parentNode.insertBefore(t,s)}(window, document,’script’,
‘https://connect.facebook.net/en_US/fbevents.js’);
fbq(‘init’, ‘446647882874276’);
fbq(‘track’, ‘PageView’);